1. Cactus


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Control mental, Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    Cactus
    
    Llevamos varias semanas de locura en la empresa. Desde que el ayuntamiento aprobó el proyecto presentado por este estudio de arquitectura para la realización de una zona comercial con equipamientos deportivos y oficinas para la gestión de los servicios municipales, no hemos parado de trabajar. Además, hay que modificar la parte correspondiente a los aparcamientos públicos, que ahora van a ser todos en superficie, lo que me toca hacer a mí junto con otras dos personas, Marta y Lombi. Jornadas de muchas horas, incluso por las noches, olvidándonos de todo y de todos, salvo de la versión final del proyecto. Tendrá después su recompensa económica —afortunadamente, mis jefes no son vulgares explotadores que no pagan las horas extraordinarias, tal y como ahora tanto sucede— y de vacaciones, pero nos estamos dando un tute de cojones.
    
    Marta es la empleada más antigua del estudio, está aquí desde que lo abrieron hace treinta años y ella fue la primera secretaria. Años después, cuando terminó los estudios de arquitectura técnica, pasó a trabajar como tal en los distintos proyectos que se han ido sucediendo. Es un encanto de mujer, agradable, simpática, tremendamente práctica, a sus cincuenta y tres años es como esa tía soltera responsable, capaz, molona y progre que se ocupa de todos los que aquí trabajamos. Cuando empezamos con este trajín me regaló un tiesto con un cactus mexicano del desierto de Sonora que le había mandado su hermana —veterinaria casada con un mexicano ...
    ... criador y exportador de ganado a los USA— desde el pueblo fronterizo de Naco, lugar en donde vive. Pequeño, arrugado, marrón y verde oscuro, pringoso, feo de cojones, con dos únicas pequeñas flores rojas que de vez en cuando se abren y sueltan un fuerte perfume —muy masculino, agradable, según las mujeres del despacho, aunque a mí me parece demasiado dulzón— que, entre otras supuestas virtudes, ayuda a combatir el estrés y los malos rollos acumulados por las prisas. No discutimos demasiado en la oficina, algo es algo.
    
    Ayer por la noche, antes de irme a casa a ducharme y dormir unas horas, le di un codazo al tiesto, lo cogí como pude para que no se cayera al suelo desde la mesa, me clavé en las manos tres o cuatro duras púas al mismo tiempo que respiraba una vaharada del perfume que en ese momento exhalaban las flores, impregnándome la cara, entrándome por boca y nariz, haciéndome toser durante un buen rato y acordándome del puto cactus por el dolor de los pinchazos y el picor en boca, nariz y ojos.
    
    Lombi es una treintañera dominicana que por problemas de acoso de un exnovio policía y dificultades para renovar su documentación de residente —no cuenta mucho sobre ello— dejó Miami, vino a España en busca de trabajo y una vida más tranquila. La contrató el estudio como administrativo por su dominio del inglés y de distintas herramientas informáticas que se utilizan en la empresa. Desde hace un par de meses somos amigoscon derecho a roce y follamos de vez en cuando. Me dirijo ...
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