1. Cactus


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Control mental, Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... muchísimo cuidado para no llamar la atención y las menos veces posibles. Lo último ha sido comprarme un buen coche alemán, me ha salido muy baratito de precio porque la joven vendedora pelirroja del concesionario me aplicó todos los descuentos habidos y por haber. Se lo agradecí premiándole con una buena follada en un cercano hotel. No estuvo nada mal, delgada, de curvas pequeñas, pero bien puestas, apasionada. Se puede repetir
    
    Por cierto, el vídeo en el que le doy por el culo a Fernando ha tenido un gran éxito en internet. Lo subí anónimamente a una conocida web porno desde un locutorio público de la capital de la provincia y ha recibido visitas de, creo yo, casi toda la población adulta de esta comarca y muchas más del entorno. El cachondeo con él y con Beatriz es constante. He oído decir que la concejala quiere separarse del marido porque ella tiene problemas en su conservador partido por la erosión electoral que puede acarrear esta historia. Anda y que se jodan.
    
    Me llevé el cactus a mi nueva casa una vez ...
    ... acabadas las obras con la disculpa de que es una planta necesitada de estar al aire libre, le he cambiado el tiesto por un lugar soleado en el jardín, protegido de los fríos, oculto de la vista, y una vez por semana lealimento pringándole una cucharada de miel de flores por su pequeño arrugado cuerpo. Le han salido dos flores más —de vez en cuando me escribo vía e-mail con María, la hermana de Marta, y le cuento la vida que lleva el cactus y algunas anécdotas de las que me suceden. Me dice que ella se lo ha contado a los indios del desierto, quienes han hecho una fiesta ritual en mi honor deseándome todo tipo de parabienes— y ya he visto alguna que otra avispa a su alrededor los días soleados. Las noches oscuras de luna nueva suelo pasar un rato sentado a su lado, tomando una copa o un café endulzado con miel —un par de veces al día me tomo un caramelo de miel y así evito elmono— respirando los efluvios de perfume que lanzan sus pequeñas flores rojas. Ya me gusta el olor. No voy a despreciar su influencia, no os parece. 
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