1. 49.3 Cosas de jóvenes


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... culo en el borde del asiento.
    
    Puedo verla por fin en toda su grandeza, me enamora, tan grande, tan potente, tan rica y no pierdo tiempo en lamerla, su exquisito glande rojo, cubierto por el prepucio del que escurre su precum de sabor divino me espera.
    
    Soy un adicto a su polla y la saboreo y la degusto con placer, lamiendo cada rincón de ella, buscando entre su pellejo el pre-semen que haya quedado escondido, y chupo para luego meterla entera, hasta acariciar el bello de la base con mi barbilla y aplastar mi nariz en sus testículos.
    
    - Dani…, la chupas de maravilla…, sí…, continúa…, te voy a dar mi leche…, te llenaré la boca…, ¡ohh! ..., sí…, mama bebé. –su voz suena entrecortada y ronca y sujeta mi nuca para forzar a que se la mame entera.
    
    -Me voy, mi amor, cómela. ¡Ohhh! -su leche caliente me llena, pero trago deprisa y cierro mis labios, no quiero que se escape nada de este líquido tan precioso, está unos segundos follando mi boca, levantando sus caderas para meterla y luego cae rendido en el asiento, desmadejado y con los brazos caídos.
    
    Sigo lamiendo su verga, recogiendo cada gota que va surgiendo y pasando mi mano a lo largo de ella, ...
    ... masturbándola para sacar lo que haya quedo sin salir y lo recojo con la punta de mi lengua, se lo enseño y me sonríe sin fuerzas.
    
    Me da pena cuando la guarda y se sube la bragueta, seguiría mamando para hacer de su esperma mi principal alimento.
    
    -Gonzalo mi amor, me enamoras, me tienes loquito por ti, no me importa como seas, me gusta cómo eres y haré todo lo que a ti te apetezca, no puedo negarte nada mi amor. Si me hubieras pedido ayer que me dejara follar por aquellos dos tíos lo hubiera hecho, a pesar de que no me gusta hacerlo con alguien que no conozco.
    
    -Lo eres todo para mí. –le abrazo desesperado y le beso muerto de loca pasión.
    
    -Amor, nos amamos y es lo importante, ¡venga!, vámonos que ya he visto lo que fue mi antigua residencia, ¿recuerdas cuando veníais a ver a Carlos? –el dolor aparece en sus ojos.
    
    -También queríamos verte a ti.
    
    -Tienes razón y no soy justo, era yo el que no quería veros.
    
    Sin salir del coche lo puso en marcha y se dirigió a los edificios de la escuela de aviación. Buscamos unos lavabos para enjuagarme la boca, me encanta su sabor, pero tampoco voy ir pregonando que le acabo de hacer una mamada a mi hombre. 
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