1. El mendigo


    Fecha: 27/12/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... colocó en mi culo y con la mano comenzó a jugar, lo empujaba y lo alejaba, hizo eso varias veces y el contacto comenzó a endurecérselo más, cada vez empujaba más fuerte y retiraba, aquello era desesperante, pues cuando mi culo comenzaba a abrirse él se alejaba, en una de esas empujó la cabeza pero no la retiró si no que con un segundo empujón la cabeza se abrió paso en mi dilatado culo. Yo aullé de dolor, pero la posición me tenía completamente sometido, no pude hacer nada solo gemir. - Ayyyy…. me duele, sácamelo, sácamelo. Él se quedó inmóvil, sin decir nada, yo me retorcía, parecía que me acababan de meter una botella de refresco en el culo. - Relájate, yo solo te estoy dando lo que me pediste, o de verdad quieres que te lo saque? - Tienes razón, perdóname, dame unos minutos. - Tomate tu tiempo, respira relájate. Claro que tiene que dolerte porque estamos haciendo algo que no es normal para tu cuerpo. Yo lo miré, de verdad que no parecía ni remotamente loco aquel chamo, al contrario se veía que sabía bien lo que hacía, yo respiré varias veces hondamente él tomó el frasco de lubricante para colocarse más. Y reinició sus movimientos, cada vez que aquel guevo se movía dentro de mí yo aullaba para mis adentros, pero debía ser fuerte, además él me estaba dando lo que yo quería, claro que tener 24 centímetros en el culo no es algo que se haga todos los días, pero si seguía quejándome él me lo iba a sacar y ya lo tenía justo donde lo quería tener, así qué, que coño aguantaría la ...
    ... paliza y más nada. Eso si él fue demasiado considerado, ningún movimiento brusco, se movía con lentitud, en mis manos yo ya se lo hubiera metido todo a él sin importarme que le doliera, y tal como esperaba comencé a relajarme y el dolor comenzó a ceder cuando lancé mi primer suspiro de placer se sonrió y aumentó la velocidad poco a poco yo cambie mis suspiros por gemidos el me separó las nalgas al máximo y sus 24 centímetros fueron a dar al fondo de mi culito. Una especie de desesperación comenzó a invadirme, me sentía completamente lleno y aplastado por él, y el peso de sus bolas sobre mis nalgas me fascinaba, así me cogió por un tiempo, luego me lo sacó y me colocó en cuatro patas sobre las almohadas, me echó lengua y dedo un rato y cuando lo iba a meter nuevamente yo le pedí algo que me sorprendió. - Quítate el condón, dije yo, pero no me acabes adentro. El obedeció de una se llenó el huevo de lubricante y me lo volvió a meter yo aullé pero de placer, al primer empujón medio huevo quedó dentro de mí, yo trataba de menearme para ayudarlo, él me tomó por la cintura y lentamente me lo metió todo pero suavemente, yo me retorcía, había agarrado la sabana y me la había metido en la boca y la mordía salvajemente. El me lo sacaba dejando la cabeza adentro y lo deslizaba todo de nuevo dentro de mí, pero lo hacía lentamente, cosa que me desesperaba más, no lo hacía mal, para nada, al contrario pues era considerado conmigo, y me proporcionaba un placer indescriptible, pero yo quería ...
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