Visitas a mi vecino (El farmacéutico)
Fecha: 27/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... hidratante. Me cogió por la cintura e hizo que me inclinara hacía delante, se arrimó a mí y me la puso en el ojete; y, cogiéndome por las piernas, a la altura de las ingles, me la enchufó lentamente…
¡Que pedazo de rabo!…
…sentí que me abría en canal; pero, me moría de gusto… ¡SIGUE CABRÓN!, le gritaba en mi cabeza...¡FOLLAME FUERTE!….
…¡fffffffffff!... ¡Que placer!… ¡me encanta!…
Follamos como perros durante un buen rato, con cuidado de no hacer mucho ruido; y, con la tensión de saber que mi abuelo estaba durmiendo en su habitación…
Pero yo estaba en la gloria y, supongo, que, Tomás, también…
Aumentó el ritmo del bombeo, hasta llegar a hacerlo de una forma frenética y, yo, me derretía; las piernas estaban empezando a fallarme… ¡que flojera!. Por eso, me cogió en brazos, y, tal y como estábamos, siguió pegando zambombazos. Lo sentía en mis entrañas... y me volvía loco.
¡FOLLAME! ¡FOLLAME!, le gritaba mentalmente…
…Poco a poco, fui sintiendo su respiración, agitada, mas cerca de mis orejas; hasta que, oí sus palabras susurrantes, que me invitaban a ir a la farmacia a recoger el “Omeprazol” de mi abuelo, que por lo visto se lo había dejado allí, por la ...
... mañana. También, me dijo, que su ayudante estaba muy bueno… y, que tambiénse lo follaba muy a menudo…
- Se llama Gustavo, y es mayor que tu; pero, esta muy bueno, ¡ya verás!... seguro que te gusta.
En esto, sentí un calor húmedo dentro de mi… y, supe que, se había corrido.
Me descolgó... y, me dijo que, si quería, me la chupaba hasta que me corriese. Pero, le dije que no. Me gustaba sentirme así.
Miramos la hora y solo eran las cinco y media, así que…
- Arreglate bien. Tranquilamente. Mi abuelo suele despertarse a las seis, ó, seis y cuarto...
Me puse el pantalón del chándal que vi colgado el la terraza, y que ya estaba seco, y lo acompañe a Tomás a la puerta.
- Ya te despido yo de él ¿vale?
- ¡Gracias, Dieguito!… No se te olvide ir a la farmacia a por el “Omeprazol” de tu abuelo.
- No se me olvida… ¡hasta luego!… y le miré como diciendo, ¡me encanta que me folles, cabrón!
Luego cerró la puerta del ascensor y yo la de la calle.
Subí a mi cuarto y volví a meterme en la ducha…
No quería masturbarme, pero se me ocurrió que, quizás convenciera a Chencho y a Loren, para que vinieran a casa a terminar ese trabajo que teníamos que entregar mañana...