1. De tal palo tal astilla: La re-puta-ción


    Fecha: 27/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... ya para las diez estamos adentro de la casa escuchando música y echándonos algunas cervezas y obviamente esto nos hacer visitar el baño más a menudo. Como el baño cerca de la sala está ocupado y hay gente esperando, salgo al que está cerca de la piscina y es donde me cruzo con Melisa. Ella me toma de la mano y me aleja a un camino con dirección al jardín y donde se puede ver al final del solar hay una bodega donde asumo Rivas tiene herramientas y cosas de jardinería. Melisa me pregunta:
    
    —¿Cuándo me llevas en tu Shelby?
    
    —¿Quieres montar mi Shelby? —le pregunté con ese doble sentido en inglés.
    
    —¡En verdad, que al que quiero montar es a ti! —me dijo.
    
    —¿Te cuidas, estás en control?
    
    —No. —contestó.
    
    —¡Lástima! Yo no traigo conmigo condones.
    
    —¡Eso no es problema! Ven. —me dijo.
    
    Me llevó al cuarto de bodega al final del terreno y nos metimos en la sauna que es ese cuarto, pues en julio esa bodega encierra mucho calor. Era un cuarto tan oscuro que no podía ni siquiera ver mis manos. Melisa no tardó en bajarme mi pantalón corto deportivo y se hincó a mamarme la verga. Es agresiva para mamar y quizá la única queja sea su falta de tacto o quizá por la situación se puso más excitada. Me la mamó por unos cinco a siete minutos y luego me dice:
    
    —¡Cógeme!
    
    —Sin condón no te puedo coger… no quiero que salgas embarazada.
    
    —Sácala cuando te vayas a venir.
    
    —¡Es el mismo riesgo! ¿Ya has probado por atrás?
    
    —¿Quieres hacérmelo?
    
    —Si me lo das, me gustaría ...
    ... cogérmelo.
    
    —¡Cógelo! ¡Quiero sentir esa verga dentro de mí!
    
    Le subí la micro falda y descubrí que en realidad Melisa no tiene calzones, le echo saliva para lubricarle el ojete y comienzo la faena de penetrárselo. No sé si ya lo había experimentado antes por la reputación de puta que tiene, pero me costó algo abrirle el culo a esta linda rubia. No sé en qué había apoyado su pierna, pero tenía una levantada y eso me dio la oportunidad que mientras le penetraba su rico culo, le masajeaba su clítoris bien mojado. Al principio fueron gemidos de dolor, pero luego se convirtieron en gemidos de placer. Se volteaba lo que podía para decirme al oído: Tony, que rica verga tienes y la tengo toda en mi culo… siento rico como me golpean tus huevos. Encontramos un buen ritmo y en minutos me decía: Tony, así, así, no pares, siento que me vas hacer acabar. – me lo dijo en varias ocasiones, y finalmente llega su orgasmo y solo me dijo: ¡Que rica culeada Tony! Acaba en mi culo… quiero sentir tu leche en mi culo.
    
    En minutos de repetirme lo mismo, le dejo ir mi descarga y le lleno de mi esperma el culo. El problema en casos como estos, en esas condiciones de oscuridad, no encontrábamos nada para limpiarnos y yo así me metí la verga en el pantalón corto y Melisa con suerte encontró el baño disponible donde se limpió. Luego yo hice lo propio y es donde me llegó ese pensamiento: Nunca antes había culeado, literalmente culeado con madre e hija en el mismo día y solo cuestión de una hora y media ...