Sex note -1
Fecha: 28/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... ella, siempre y cuando no fuera tan tímido y fracasado, claro. Pero el hecho de que sea mi profesora, limitaba la relación que podríamos tener, y hacía parecer imposible una aventura con ella. Es por eso que elegí dedicarle mi segunda nota en el sex note.
Mientras ella hablaba de quien sabe qué, yo, en lugar de tomar notas en el cuaderno universitario como hacían mis compañeros, abrí el cuaderno negro, y escribí lo siguiente: “Fernanda De La Torre, a las 22:30 hs, comenzará a sentir un deseo sexual creciente por mí. A las 23 hs, luego de finalizada la clase, se irá al baño del departamento de deportes a masturbarse, deseando que yo la interrumpa y me la coja. Una vez que yo llegue a donde está, se olvidará de cualquier pudor y prejuicio que pueda tener, y hará todo lo que yo le diga con el objetivo de complacerme. Ella a su vez, se sentirá más excitada de lo que jamás se sintió, y desde que comience a masturbarse hasta que terminemos de coger, el único pensamiento que rondará su mente, será que tiene que estar conmigo, y mientras todo esto suceda no dirá una sola palabra. Mientras la penetro, ella acabará cada cinco minutos, y tendrá los orgasmos más intensos que haya tenido jamás. FIN”
Eso era todo lo preciso que podía ser en ese momento. Más adelante aprendería a redactar las notas de mejor manera. Pero no estaba nada mal, era clara y no dejaba cabos sueltos. A las once de la noche los alumnos volaban a sus casas y en la universidad sólo quedaban los de seguridad. ...
... Pero para estar seguro de que nadie nos molestaría, elegí el baño del departamento de deportes, ya que estaba seguro de que en esa parte de la universidad, a esa hora no quedaba nadie.
Se hicieron larguísimas las tres horas que debían transcurrir hasta que sean las diez y media.
Fernanda daba la clase como siempre, con dinamismo, permitiendo la participación de los alumnos. Caminaba por los pasillos dejando una estela de su perfume. Llevaba un pantalón de jean con pequeñas roturas en la rodilla, y una blusa azul con estampado de corazones blancos. El pantalón no le quedaba nada mal, le levantaba el culo, que más de uno de mis compañeros le miraba disimulando mal. Su piel blanca se enrojecía de pasión cuando hablaba de la influencia mediática. Su elocuencia y su lenguaje amplio siempre me resultaron seductores. Estaba convencido de que había hecho bien en elegirla.
A las diez y media en punto me clavó la mirada. Pareció sorprendida, como si hubiese descubierto algo sorprendente. Luego sacó con esfuerzo su vista de encima de mí y siguió con la clase. Sin embargo a cada rato me miraba de reojo, y se ponía colorada. Yo esperaba que mis compañeros no se den cuenta de que la profe se estaba excitando con migo.
En más de una ocasión se puso muy seria, como queriendo reprimir el deseo que ya la había poseído. Por momentos se perdía en sus reflexiones y debía volver a empezar. Eso me causó gracia, y un poco de lástima.
A las once menos diez dio por terminada la clase. Yo ...