TIEMPO PASADO
Fecha: 16/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... padrillo!
-¡Uy, no! ¡Me mancha el sofá!
Brenda se tiró sobre la toalla que antes había usado y la puso en el culo de Magda para detener el chorro.
-¡Una no ganas para sustos con ustedes! – Todos nos reíamos de la situación.
Luego que se aseguró que el culo de Magda no chorrea más, Brenda se secó la cara brillante por los jugos de Magda…
-La verdad que es sabrosa la mezcla del semen de Dany con la acabada tuya.
Estaba todo dicho. ¡El placer era total!
-¡Vamos a la cama! – Brenda no quería esperar más. ¡Necesitaba su ración!
-Pero yo primero voy al baño. – No tenía más remedio.
Cuando estaba meando me empecé a reír de mí mismo. ¡Qué boludo había sido! Creía que había seducido a la linda veterana pero caí en la cuenta que fue Brenda quien me seduzco a mí. Sin duda que le tenía ganas a un tipo bastante más joven que ella. Y que la relación con Magda estaba arreglada para que yo las viera en el sofá haciendo el 69. ¡Con eso yo me calentaba! ¡Jajá… y nosotros creemos que seducimos a las mujeres! Son ellas las que siempre obtienen lo que quieren. ¡Menos mal que me divierto a lo grande! Me lavé bien y volví con la “chicas”. ¡A seguir pasándola bien!
Ellas estaban bien despatarradas en bolas… ¡Una belleza! ¡Las dos están recontra buenísimas!
-Hola, ¡eso sí que está buena! – Brenda se reía señalando la chota, que la tenía al palo. Sin más, como estaba de espaldas levantó bien las piernas pera que yo entrara sin más vueltas. – Dale, ¡ya está todo listo!
Magda se puso ...
... sobre su cabeza, sosteniéndole las piernas, y acomodada para que Brenda se la chupara nuevamente. Así que fui directamente a la concha y la enterré de un saque.
-¡Ahhh, qué lindo! – Brenda estaba encantadísima: en su boca la concha de Magda, y en su concha mi pija. Tomándole las tetas con las manos, y con la cabeza entre las piernas que sostenía la amiga, comencé un pausado bombeo, lamiéndole la lengua y los labios a Magda cuando el movimiento me lo permitía. Sostenía mi cuerpo apoyado en las tetas, y en la medida que sentía como avanzaba hacia el clímax, lo hacía más rápido.
-¡Lo siento, lo siento! ¡Ahhh! ¡Dale, dale, acabá! ¡ME VIENEEEEE! – El grito de Brenda se debe haber escuchado hasta la esquina.
-¡Ahhh! – Ese fui yo, que me sacudí sin soltarle las tetas. – ¡Uy, perdoná! ¿Te lastimé?
-Para nada, estuviste muy bien.
Y fue el turno de Magda, que hasta el momento se mantenía callada, con los ojos cerrados, gozando de la chupada de Brenda.
-¡SÍÍÍ! ¡ME TOCÓÓÓ!
¡NUEVAMENTE LA FELICIDAD PARA TODOS!
Y así seguimos dos o tres veces por semana, aunque a veces Brenda no invitaba a su amiga. Me quería sólo para ella. Todo bien. Pero…, algunas semanas más tarde me tocó el bichito de la duda: ¿Me conformo solamente con la hermosa veterana o puedo darme el gusto con alguna jovencita?
Pero…, nuevamente pero…, pero no al pasar…
Sucedió un miércoles a la noche. Como tantos otros, Brenda me invitó a cenar. Era la cena clásica, post cogida. ¡Ojo! Te aclaro. No iba con las manos ...