1. TIEMPO PASADO


    Fecha: 16/12/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ejercicio?
    -¡Jajajá!
    Nos besamos apasionadamente.
    -Estoy segura que a Tamy le encantará y a vos también. 
    -¡Sin la menor duda! ¡Con qué sea la mitad de la madre es suficiente!
    Y así quedamos.
    A la hora acordada crucé a lo de Brenda. Rápido me abrió Tamy. Nos besamos, luego de cerrar, claro. 
    -¡Qué puntual!
    -No quiero desperdiciar nada. Tu madre me dijo que nos da una hora y media. ¿Alcanzará?
    -Veremos. 
    -Menos mal que le dije. Me quedé tranquilo, sino estaría como si fuera una traición.
    -No te preocupés.
    -Bueno, yo no sabía…
    -Mamá sabía que me gustabas… porque se lo dije…, y sabía que te gusto. Lo vio en tus ojos.
    -Buena psicóloga.
    Mientras íbamos hacia el dormitorio todo eran besos y caricias. Sentía el hervor en nuestros cuerpos. Un verdadero infierno de pasión, por lo menos yo. Hacía muchos años que no me volteaba una borreguita como Tamy. 
    Nos comenzamos a desnudar apaciblemente, porque yo trataba de no aparecer como un sexópata que se quería coger a la hija de su amante. Cuando Tamy quedó solamente con su tanga  me bajó los pantalones y el calzoncillo. Ni dudar que estaba al palo.
    Es total y absolutamente hermosa. No llevaba corpiño, por lo menos en este momento. Tetas  firmes, más pequeñas que la madre, pero nada escasas, con unos tremendos pezones.
    Se agachó y sin dudar se puso a mamar… ¡con la calidad de la madre! Como siempre me pasaba en estos casos, tengo que pensar en la guerra de Crimea, o cosa así, para no acabar en cinco minutos. No es que ...
    ... tuviera eyaculación precoz, pero me gustaba tanto cuando me lo hacían como Tamy que temía acabar antes de meterla.
    Le pedí que nos acostáramos. Le saqué la tanga mientras le besaba la pancita y la senté suavemente en el borde de la cama. Puse sus piernas sobre mis hombros y besé esa maravillosa conchita, bastante menos baqueteada que la de Brenda. Estaba suficientemente húmeda para que la penetración no ofreciera ninguna dificultad.
    Me tiré boca arriba. Tamy es hermosísima; un cuerpo escultural perfecto, desde las pestañas hasta el dedo gordo del pie. 
    Me montó grácilmente y condujo la pija hacia su hoyo. Se la enterró de un saque hasta el fondo y comenzó a cabalgar con un ritmo infernal. Sus tetas se bamboleaban soberanamente. Se las agarré, no para que no se sacudieran sino para sentirla entre mis manos.
    -¡Ay, ay, ay! ¡Qué lindo! ¡Aaayyy, acabo! ¡SÍ, ME VIENE, DIVIIIINOO! 
    Y se sacudió con todo. No esperaba que fuera tan pronto. Sus jugos chorrearon hasta mi culo y me agarró tantas ganas que preferí parar. 
    La puse de espaldas y levanté las piernas para chupársela.
    Es la manera que uso para parar un poco las ganas de acabar. 
    Dos minutos de chupada del clítoris y ya estaba acabando de nuevo.
    -¡Me enloquecés! ¡Es magnífico! ¡Qué lengua maravillosa!
    -¡Cómo la tuya cuando mamás!
    -¡Dale, dale! ¡Otra más, otra más! - ¡Diablos! ¡Cuánto flujo! - ¡Me gusta tanto y tenía tantas ganas que no puedo parar!
    Luego del tercer o cuarto orgasmo, así, con las piernas levantadas ...