TIEMPO PASADO
Fecha: 16/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... encantaba. Era fantástica la gordita.
-Salite.
-¿Y vos no acabás?
-Si, ya va. Quiero chuparte la concha.
-¡Pero acabé como mil veces!
-Si, ya sé, por eso es que quiero chupártela.
Se acostó y levantó las piernas. Puse mi cabeza entre sus muslos y acaricié los labios suavemente con la lengua. Se acomodaba de la mejor manera posible para que llegara al clítoris. Lo acaricié con la lengua y lo chupé suavemente.
-¡Ay, ay, ay, me matás, daleeee…, aaaahhhhh! - ¡Y se mandó una nueva y genial acabada, bañándome todo el rostro con su fantástico jugo! ¡Qué sabrosa que tiene la concha esta mina!
-¡Ahora voy yo!
Me levanté, me senté sobre ella y le puse la pija en la boca. No dudo un instante. Empezó a mamar como loca. No creo que llegué a los diez segundos cuando largué todo el semen en su boca. Chupó a lo loca y se tragó todo. Ambos quedamos exhaustos y felices.
-¿Nos vemos esta noche?
-Sí, bueno, dame tu número, te llamo.
-Dale, cuando quieras.
Venía todo muy bien. La llamé a las 8 y media.
-Ahora no puedo… - Atendió muy quedo.
-¿Qué pasa?
-Es… que está mi hija…
-Bueno, no importa, será mañana.
Escuché, más o menos, en el teléfono: “¿Por qué, por qué? Eh, dale mamá, decile que venga”. – La hija insistía – “Dale, si no te va hacer mal cenar con tu amigo, además decile que venga ahora, así lo conozco.” – Había un tono jocoso en la hija. Brenda largó la carcajada.
-¡La loquita de mi hija quiere conocerte!
-Está bien, voy para allá.
Discretamente toqué ...
... timbre.
-Hola, soy Tamy. – La hija no era tímida; me besó en la mejilla.
Decidida, abrió la puerta, me tomó del brazo y me llevó a donde estaba su madre.
-¿Vez lo qué es esta caradura? – Brenda reía mientras me daba un beso… en la mejilla.
-¿Qué les pasa? ¿Son tímidos? – Tamy estaba provocadora.
-¡Nena, pórtate bien!
-¡Ja ja! ¡Mi mamá es tímida! ¿Vos también Dany? – Tamy quería ver algo.
-No, no, pero… bueno, recién te conozco. Paciencia.
-Está bien. Espero que la próxima sea más divertida. Me voy, así dejan la timidez.
-Te podés quedar. Cenamos juntas.
-No, mamá. Dany me va a odiar. – Seguía sonriendo. Se acercó y me besó en la mejilla. - Hasta la próxima.
Se acercó a Brenda y la besó. Algo le dijo en el oído.
-¡Callate, caradura! – Tamy lanzo la carcajada y se fue.
-¿Qué te dijo?
-¡Esta chica no tiene límite! ¿Sabés lo qué me dijo? ¡Cogetelo bien!
-¡Es muy buen consejo!
-Sí, justo. ¿Te parece qué es algo que una hija le diga a la madre? – Brenda no quería que su hija se viera como una calentona…, y eso es lo que me pareció. ¡Es una calentona! No estaría mal. Tamy está muy buena, con treinta años o más menos que la madre. ¡Podría ser interesante!
-Vení, vamos a cenar. Tengo lasagna.
-Uy dió…, no…, no puedo…
-Pero… ¿Por qué? ¿No te gusta?
-Sí, claro, por eso. Voy a quedar sin fuerzas. Es que… después de comer… toda la sangre va al estómago.
-Dale, que sí. ¡Te dará más fuerza!
-No… Quiero decir que con el estómago lleno se hace más difícil.
-¿Qué, qué cosa ...