Al final se lo dije.
Fecha: 18/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... recorría el cuerpo, me corrí hacia adelante, y la pija quedó a la entrada de la boca entreabierta de Leo que tenía los ojos cerrados, también gozando del momento.
A la primera sacudida la puse entre los labios, y a cada otra la fui introduciendo…
-Mmmmmm… -Leo me la apretaba con los labios y hacía sentir su goce. Le gustaba pero yo nunca le pedí que abriera la boca porque quería acabar allí. Esperaba que alguna vez ella tomara la iniciativa en eso, pero nunca había ocurrido en los seis meses en que teníamos relaciones. Probablemente le daría vergüenza demostrar sus “gustos”.
La lamía mientras sentía como derramaba el semen en su garganta. Abrió la boca para respirar y tragó, y siguió lamiendo…
-Mmmmmmm… mmmmmmmmm…
Empecé a moverme despacito, como si la estuviera cogiendo. Sentía sus labios y su lengua, cálida y húmeda. La sacó de la boca y me besó el tronco, luego me lamió suavemente el glande. ¡Todo quedó limpito! Leo no desperdició ni una gota.
-¡Qué lindo papi! ¡Nunca me lo habías pedido!
-Y… no sé… no quería… que lo tomaras mal…
-Que delicado, me gusta, siempre lo sos, por eso me siento tan bien con vos. Pero me gustó. ¡Me gustó muchísimo! Repetiremos cuando quieras. Ya abrí la boca una vez…, así que lo puedo hacer seguido… ¡ja ja!
Nos abrazamos y besamos. ¿Ese gustito tan lindo sería mío?
Leo tenía que irse; no quería “demorarse” demasiado por tanto “trabajo”.
Nos besamos en la puerta, antes de abrirla.
-Preparate para la próxima, bien a punto ¿eh? ...
... –Y se fue sonriendo.
Me fui preparando. En principio compré viagra y vaselina: nunca se sabe que depara el destino.
Eso sí, la semana no pasaba nunca… y en ese momento no tenía nada a mano para acortar la espera.
Pero al fin llegó. Leo tenía llave pero discretamente llamó. En la puerta estaban ambas, radiantes, no se cual mejor. Leo preciosa como siempre y la cuñada… bueno… se había abierto el saquito que llevaba para mostrar su maravilloso escote que apenas tapaba la aureola. ¡Mamaíta esto sí que es grande!
-¿Pasamos?
-Claro, como no.
-Hola, yo soy Elisa.-Me dio un beso en la mejilla, muy cerquita de los labios.
-Un placer, soy Dany.
-Leo me habló de vos.
-Leo es muy poco discreta.
-Para nada, me habló maravillas de vos.
-No le hagás caso, está exagerando, bueno lo que sea, mientras sea bueno.
-¡Buenísimo! –Leo se reía- Está bien, preséntese, yo voy a limpiar la cocina.
Y nos dejó solos. Yo no quería ser demasiado directo, aunque sabía a qué había venido.
-¿Cómo estás?
-Bien, muy bien. –Me miraba con la mejor sonrisa.
-Si claro ¡estás muy bien! mejor de lo que te había visto nunca.
-Me gusta que te guste.
-¿Cómo va a ser de otra manera? Este es el mejor lugar… –Y la llevé hacia el dormitorio.
-¡Ey, ey, no te apurés demasiado que yo también quiero conocer el dormitorio. –Leo simuló una protesta.
-Vos ya lo conocés, no te hagás la ignorante. –Elisa le contestó.
-Pero estoy trabajando.
-Tranquila, tendrás tu tiempo. –Sabía que todo era actuación.
-Es que ...