Al final se lo dije.
Fecha: 18/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... día, no sé porque, fui hacia el palier de ingreso…
En el perchero normalmente Lea dejaba un saquito, o una campera si hacía frío, o algo que cubriera su cuerpo por el clima… ¡En ese momento había un pantalón y una campera! ¡Se había desvestido para mí!
Ella estaba trabajando en la cocina. Me paré en el vano de la puerta para mirarla, sin ningún disimulo.
-¿Qué pasa?
-Nada, te miro porque estás hermosa…
-Oh… bueno, no es para tanto, hace mucho calor…
-Muchas veces hizo mucho calor, pero hoy estás más hermosa que nunca.
-¡Qué sé yo! Quería estar cómoda.
-Sí que lo estás…, y yo también. ¿Querés el aire acondicionado?
-Aquí no hay.
-Pero sí en el dormitorio. Vas a estar muy cómoda.
Se rió y me miró.
-Vení, te muestro.
-Oh, pero no sé… - Por supuesto sabía que había AA en el dormi. Pero no era eso; pretendía hacerme creer que no estaba muy segura de coger conmigo. Puro teatro.
-Vas a ver que es bueno. –Le tomé la mano y la llevé hacia el dormitorio. Leo no opuso ninguna resistencia.
-¿Ves? ¿Qué te parece? Pongo el aire, a 26 ¿te parece?, yo lo pongo a 26 porque estando desnudo y quieto en la cama a 24 me da frío ¿te parece bien?
-Sí, lo que quieras.
-No, como quieras vos. A la mejor…, si nos movemos será mejor a 22, ¿no? – Le acaricié la cola, quería ver como reaccionaba. Todo bien. - Vos sabés. ¿Cuántos años hace que venís?
-Y…, cuatro.
-¿En algún momento te molesté, quise hacerte algo, te toqué?
-No, nunca.
-Nunca haría nada que vos no quisieras, que ...
... no tuvieras ganas, que te molestara…
-Sí, sí, lo sé.
-¿Y ahora? Podemos acostarnos, ¿estarías bien? ¿Te molestaría?
-No…, no, para nada…
Estaba absolutamente hermosa y ansiosa. Sabía…, ambos sabíamos lo que queríamos… La abracé y besé. La primera vez que lo hacía. Me devolvió el beso. Le abrí la boca con la lengua y ella respondió. ¡Al fin se daría lo que quise durante cuatro años! Creo que ella también quería eso.
Mientras la besaba le acaricié todo, todo lo acariciable, el culo, las tetas, le metí la mano por el pantaloncito que no ocultaba nada y mis dedos llegaron a la concha. ¡La tenía requeté húmeda…!
Leo me dejaba hacer pero no tomaba ninguna iniciativa. No importa. Lo haría yo.
Le bajé el mini pantalón, junto a la tanga, la acaricié, le saqué la blusita. Ella me dejaba hacer. Cuando estuvo totalmente desnuda y vi ese cuerpo maravilloso la besé, la bese toda, toda, las tetas, los pezones, el vientre y llegué hasta sus pendejos, suaves y bastante tupidos en ese momento. La recosté suavemente. Me enredé la lengua en el vello mientras buscaba el clítoris. Ese fue el detonante. Al primer lambetazo tembló.
Cuando lo hizo traté desnudarme con una sola mano mientras la tenía contra mí y no dejaba de besarla. Cuando la solté para sacarme los pantalones y el calzoncillo, Leo actuó. Sus manos lo hicieron por mí. En ningún momento trató de separar su cuerpo. Cuando estuvimos los dos desnudos me acosté sobre ella. Había abierto sus piernas y me estaba recibiendo. La ...