1. Un profesor, una alumna y un colegio católico – Parte 5


    Fecha: 28/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    ... esta que les he narrado hoy, tuvo algo que la hizo distinta. Ya había pasado algo más de cinco meses desde el comienzo de nuestra relación. Cecilia aún tenía quince años, yo cuarenta, pero ambas almas juntas tenían siglos de estar unidas. Fue al asumir todo esto, que una idea tan loca como yo, o quizás un poco más, si es que esto es posible, irrumpió en mi mente con la fuerza de un vendaval y se plantó en mi conciencia como bandera de conquista en la cima de una montaña. En ese preciso instante desapareció de mi mente la imagen de Cecilia mi sumisa, la cual fue reemplazada por la firme convicción de estar junto al amor de mi vida. Algunas alarmas subconscientes se encendieron en mí, avisándome del peligro. Mis experiencias anteriores siempre habían concluido en estrepitosos fracasos. Cada vez que me había enamorado había terminado con el corazón roto y la mente desesperanzada. Y la diferencia de edad entre ella y yo eran la clase de cosas que a la sociedad le encanta condenar implacablemente. Asumir que la amaba era ...
    ... aceptar un cúmulo de desafíos que comenzarían a plantearse muy pronto… uno tras otro… sin tregua… sin piedad… sin margen para el error. Permanecíamos acostados, abrazados y sosteniéndonos firmemente la mirada. No me pregunten cómo sucedió. No lo pensé… no lo planifiqué… simplemente en un embelesado momento de contemplación de aquel dulce rostro, mi boca pronunció las dos palabras más importantes de la historia de la humanidad: Te amo… El eco quedó resonando en el ambiente… en mi mente… y creo que también en la de ella. Sus ojos se abrieron tan grandes como la sorpresa que le causaba esta confesión. La sonrisa más angelical que vi en toda mi vida, se pintó en su rostro con el fulgor de un arco iris. Aquel abrazo relajado del que disfrutábamos de pronto se hizo tan apretado como nuestras fuerzas nos permitían. Su boca fue directo a la mía. No podría especificar cuánto tiempo nos estuvimos besando, pero lo que sí estaba claro es que nuestra relación tomaría un nuevo curso. Cecilia también me amaba… sus besos me lo juraban. 
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