1. LA MENOS PENSADA


    Fecha: 27/12/2020, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... tenía que agradecer a la digestión... La habitación, que había visto en otras oportunidades, era sencilla pero muy buen arreglo y decoración. Nada estridente ni chafalonía. Era un telo caro y para exquisitos. 
    Como siempre había champú, acondicionador y una muy fina colonia. Para eso se paga. Adriana salió envuelta en el toallón. Sonriendo me dijo, “te toca a vos”. Me desnudé y quedé en  calzoncillos. Fui a la ducha  que Adriana había dejado abierta para que la temperatura del agua se mantenga estable. También me lavé el cabello y me puse la colonia varonil que había. Bueno, estábamos perfumados y lavaditos. Salí, también con una toalla en la cintura. Adriana estaba acostada tapada con la sábana. La toalla y su ropa interior estaban en un perchero prolijamente colocadas. Supuse que estaba desnuda. Yo todavía no la había visto totalmente. Era la gran sorpresa.
    	Saqué la toalla de mi cintura y me acosté discretamente, sin retirar toda la sábana. Quería que fuera ella la que resolviera mostrarse desnuda ante mí. Ella estaba a la derecha de la cama. Quedé sobre la cadera derecha y puse una mano sobre sus cabellos y su frente.
    -Eres increíblemente dulce. 
    -No quiero que te sientas manejada por nada. Solo haremos lo que quieras.
    -Quiero todo, Dany, todo.
    Se dio vuelta hacia mí. Me abrazó y beso. Esta vez fue con toda la pasión del mundo. Nuestras lenguas recorrieron todas las cavidades de la boca. Adriana retiró la sábana y se mostró totalmente desnuda. ¡Una belleza ...
    ... absoluta! 
    Me puse sobre ella sin apretarla, apoyándome en las rodillas. Bese su rostro, su cuello, bajé hacia la pechuguita, las tetas, los globos, lamí y besé los pezones, rosados y duros, y seguí por su estómago, besé y lamí su ombligo, vientre, pubis, sus muslos, el interior de cada uno de ellos, hasta que llegué, al fin, a su vagina, no depilada, con vello castaño claro, cortito y suave. Lamí sus labios mayores, los menores…, ella comenzó a gemir… y llegué al clítoris. Lo lamí, lo besé, lo apreté con los labios. Adriana gemía más  y más y me apretó la cabeza contra ella. Sentí sus latidos. ¡Su orgasmo fue glorioso! ¡Cremita de vainilla!
    -¡Ah, ah, aaaaaahhhhh! ¡Perdón, perdón! ¡No pude contenerme!
    -¿Por qué te vas a contener? ¡Fue maravilloso! 
    -¡Todo con vos es maravilloso!
    -¡Como querés? ¿Cómo lo hacemos? 
    -Así. Vení.
    Levantó sus piernas y las puso sobre mis hombros. Era clarísimo lo que quería. Cuando puse el glande entre los labios me acordé.
    -¿Me pongo condón?
    Dije condón a propósito; es menos fino que preservativo. Quería saber cómo reaccionaría si se me escapaba alguna grosería.
    -No, nada, no hace falta. Me gusta más sin nada. ¡Todo mejor!
    Empecé a empujar despacito. Estaba tan húmeda gracias a su orgasmo que no hubo ningún problema. Entrando suavecito llegué hasta el fondo. Ella tenía los ojos cerrados. Tomé sus tetas entre mis manos y comencé despacito bombear. Afuera, adentro, afuera, adentro, sin sacar la cabeza. Veía el tronco brilloso por sus flujos. Cada ...
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