Mi tío el negro
Fecha: 02/01/2021,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Nino McPhee, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Juan no era de otra nacionalidad ni etnia, simplemente era un hombre moreno que superaba los 50 años. Esposo de mi tía materna, el hombre nunca había sido de muy buenos modales, pero se le reconocía un carácter fuerte, de voz potente, cervecero y con un característico bigote en el que siempre puse mucha atención.
Juan trabajaba era chofer de buses interregionales en el norte de mi país, razón por la que en varias ocasiones pasó a visitar a mis padres durante una noche antes de continuar con su trayecto.
Al tratarse de su ruta de trabajo, siempre llegaba solo, sin mi tía. Nuestra casa se había vuelto parte de su ruta también.
Recuerdo que cuando yo cursaba aproximadamente tercer año de secundaria, tuvimos bien seguido al tío juan con nosotros y ya se comportaba como uno más de casa. Nunca fue muy comunicativo conmigo, pero se llevaba muy bien con mi padre con quienes conversaban y bebían cervezas hasta la madrugada.
En una de esas oportunidades, yo llegaba a casa después de clases y me encontré a unas cuadras con mis padres quienes iban al mercado a abastecerse de comida para la cena. Detuvieron el auto al verme y me dijeron con entusiasmo que el tio juan había llegado cansado y que yo debía evitar hacer mucho ruido al llegar a casa.
Le dije a mi padres que prefería ir con ellos, pero su plan era que yo comenzara a preparar lo necesario para la cena antes que ellos llegaran y que el tío pudiese dormir unas horas antes de la hora de comer.
A regaña dientes continué en ...
... mi bicicleta camino a casa, sintiéndome obligado a participar de la preparación sin yo quererlo.
Cuando abrí la puerta no se escuchaba a nadie en casa. Dejé mis cosas en mi habitación y pensé en meterme a bañar luego de una tarde de uniforme colegial y el calor del verano. Hasta ahí ni señas del tío.
Al entrar al baño puse a correr el agua para que refrescara la temperatura, me desvestí y puse mi ropa sobre el wc. Frente al espejo hice la rutina común de cualquier persona que se observa desnuda. Miré mi espalda, medí mi torno con mis manos, me giré para mirarme el culo y ya me disponía a entrar al agua cuando veo en el piso tirada una prenda que no era mía. Era una trusa de hombre azul marina. Sabía que ni mi padre ni yo usábamos ese modelo de ropa interior, por lo cual rápidamente asumí que se trataba de la trusa del tío Juan. Quizás había entrado a bañarse antes de ir a descansar al cuarto que sólo ocupaba el en sus visitas.
Me puse a mil. Recuerdo que comencé a respirar agitado al tener en mis manos la ropa interior de mi tío. De inmediato la olí profundamente y eso me encendió aún más. Vaya tesoro había encontrado allí y estaba para lo que yo quisiera hacer con ella.
Pasé mi lengua por donde va el pene y sentí el olor y sabor a piel de macho fresco que aún conservaba. Qué ganas de poder meterme una verga en la boca sentía en ese momento y pensar que el miembro de mi tío había estado puesto ahí me ponía a full.
Luego, sin pensarlo, me puse la trusa de mi tío. Ya no ...