Mi tío el negro - Relatos Eróticos

Mi tío el negro

... pensando en lo que había visto, sentido e imaginado estando en mi cama con esa trusa puesta. No pasaron dos minutos cuando mi tío volvió a golpearme la puerta del baño y sin esperar respuesta dice:

- Permiso, necesito mear -abriendo la puerta y entrando al baño donde yo me seguia bañando con una erección en las manos y la respiración a mil. Ni el agua de la ducha evitaba que me sintiera acalorado y sudoroso.
Escuché como levantó la tapa del wc, abrió su bragueta y luego el sonido de la meada caer en el agua. No podía creerlo, estaba disfrutándolo, pero a la vez con mucho miedo. Para más intensidad, el tío se puso a conversarme:

- Cómo está el agua? Se te pasa el calor, hijo? -era mi tío y ahora me decía hijo?

Yo estaba mudo, quise responder, pero seguía pensando en qué y antes que hacerlo el replicó:

- Pero tan tímido! Te pusiste mi trusa y ahora tan tapado, Palito! -así me llamaba de cariño, diminutivo de Pablo.
- No tío, si se me pasó el calor.
- Y palito es palito todavía?

Diciendo eso, abrió la cortina de la ducha y me quedó mirando desnudo, mojado y erecto. Soltó una gran carcajada. Yo seguía entre la calentura del morbo y el miedo de no saber a donde llevaría todo esto. El tío Juan seguía meando frente al retrete con una mano en su verga y la otra en la cortina de baño. 
No pude evitar mirarle su miembro. Lo tenía moreno, peludo y con una cabeza de mayor tamaño al resto de su tronco. Rápido volví a mirarlo a la cara y el me miraba fijo y con una ...

... sonrisa menos expresiva y más bien tensa, sin soltar su verga. 
Se hizo un silencio entonces, pero las miradas siguieron. Sin dejar de mirarme, sacudió su pene arriba y abajo. Esta vez traté de no mirarlo. El tío no dejaba de mirarme. Volvió a sacudirlo, apuntando hacia donde yo estaba, como tirándome gotas de orina que quedaban en su cabeza. Yo no hice gesto. Seguía con mis manos sobre mi propia verga que se escapaba erecta entre mis dedos. 
Mi tío dejó su pene apuntando a mí. Su rostros estaba más serio y jadeante. Noté la calentura en sus ojos. De pronto comenzó a orinar otra vez. Mi tío estaba orinando mi cuerpo bajo el agua de la ducha!!! Apuntó a mis manos y yo solté mi pene. Como instinto las metí al agua como limpiándome, pero el calor que sentí logró empalmarme a tope.
El tío notó mi reacción. Cerró la puerta, dejó caer sus pantalones, se quitó la polera y se metió al agua empujándome bajo el chorro de agua con su torso peludo y desnudo. Yo sentía mucha agua en la cara e hice un gesto de respirar medio ahogado. Mi tío tomó de la espalda y me pegó a él, sin dejar de mirarme. 
Me sentía extasiado. Su verga y la mía se encontraron erectas entre los cuerpos de los dos. Sin decir más, el tío de forma brusca se acercó a mi cuello y comenzó a comerlo desesperadamente. Me hizo jadear ya sin medir el volumen de mis quejidos. Luego metió su lengua profundamente en mi oreja... yo me abracé a su espalda mientras el ya tenía ambas manos, grandes y peluda manos en mi cintura, ...