Mi tío el negro - la pieza de visitas - Relatos Eróticos

Mi tío el negro - la pieza de visitas

Pasaron meses desde que mi tío, el negro, como todos le decían, se había metido en la ducha conmigo y habíamos tenido sexo. Yo tenía experiencias previas con chicas, pero nada comparado al fuego que había sentido bajo el agua de la regadera con el pene de mi tío dentro de mi culo. Mi tío juan dejó de frecuentar la casa un tiempo. Yo tenía miedo de que el dijese algo en un arranque de culpa o similar. Por mi parte no dejaba de pensar en esa vez.

Una noche escuché a mis padres mencionar que el tío pasaría a quedarse unas horas durante el fin de semana antes de seguir su viaje, que necesitaba dormir y que quería conversar con ellos. Yo estaba atento y nervioso de imaginar que mi tío estaría en casa otra vez. Anhelaba volver a experimentar algo con él, pero no sabía como lograrlo. No me sentía capaz. Era muy tímido. Mi madre me pidió subir ropa de cama hasta la habitación de invitados que quedaba en el segundo piso. Allí había dos habitaciones: La de visitas y junto a ella estaba la sala de estudio donde había un escritorio y un computador. Tomé algunas sábanas, cobertores y almohadas y las llevé arriba. 
Al llegar a la pieza de visitas, miré la cama imaginando ver el cuerpo desnudo de mi tío sobre ella. El negro era un moreno alto y de torso grande. De brazos peludos y piernas exageradamente gruesas. La cama que ocupaba apenas alcanzaba para su estatura. Dejé las tapas sobre la cama y me metí al cuarto de estudio de al lado. En ese momento por primera vez busqué ...

... pornografía que pudiese parecerse a lo que había vivido con mi tío el negro. Escribí "viejo se folla a joven en la ducha", "tío y sobrino follan", "old and young fuck". La pantalla se llenó de escenas que me pusieron caliente. Luego leí relatos gay de similares características (así fue como llegué a relatoseroticos-club.com hace algunos años). Aprovechando que mis padres estaban en el primer piso y que el ruido del segundo no llegaba abajo, comencé correrme una paja frente a la computadora leyendo un relato que narraba el encuentro sexual entre un abuelo, hijo y nieto. Mi calentura fue tal, que me fui a la pieza de visitas y me acosté sobre la cama a terminar de correrme la paja, obviamente pensando en mi tío Juan. Fue ahí cuando se me ocurrió que debía lograr un nuevo acercamiento. Dejé algunos pijamas en el closet de la pieza de visitas para así tener excusa de meterme a su pieza cuando el estuviese allí. Con mi familia costumbramos a usar pijamas cuando alguien viene a quedarse con nosotros.

Era fin de semana y yo solía irme de fiesta con amigos. Estuve durante toda la noche pensando en la hora de volver y encontrar allí a mi tío Juan. Cerca de las tres de la mañana me fui de vuelta a casa, algo alcoholizado. Durante el camino ya iba muy caliente de imaginar algún posible acercamiento. Al llegar, sorpresa! Todos estaban despiertos, conversando, riendo y bebiendo alegres en el comedor. Adiós a mis planes de encontrarles dormidos para subir donde mi tío. Mi tío al verme se puso de ...