Unas vacaciones con mi madre - Relatos Eróticos

Unas vacaciones con mi madre

... por dormir juntos, gracias - dijo mamá a la señora amablemente.

Después de despedirnos de ella volvimos a la habitación para deshacer las maletas.

-Hijo, tienes algún problema por compartir la cama conmigo? - me preguntó mamá.

-No, ninguno - contesté.

-Si te molesto me lo dices y me voy al salón.

-No de verdad.

Acabamos de deshacer las maletas y meterlo todo en el armario. Decidimos bajar a la playa porque era temprano y después comer en algún chiringuito. Cogí mi bañador y me cambié en el cuarto con mi madre al lado, ella estaba con el móvil y casi ni se enteró. Al acabar yo, ella cogió el suyo y se metió en el baño para cambiarse, me pareció raro porque nos solemos cambiar el uno delante del otro, pero esta vez se encerró en el baño. Cuando salió llevaba puesto un vestido de verano y debajo el bikini. Preparamos las cosas de la playa y bajamos.

Estábamos cerca y el recorrido no era largo. Al llegar a la arena mi madre se sentó en una hamaca y no se quitó ni el vestido. Yo me bañé en el agua pero ella seguía a lo suyo. A la hora del almuerzo fuimos al chiringuito más cercano y comimos. Cuando acabamos volvimos a nuestras hamacas y por fin se quitó el vestido. Me quedé alucinado, llevaba un bikini rosa fuerte bastante pequeño. Nunca se lo había visto y pensé que sería nuevo. Tomamos el sol un rato boca abajo y me pidió que le aplicara crema solar. Me senté a su lado y esparcí la crema por su espalda.

-Dame un buen masaje - dijo con los ojos ...

... cerrados.

Le dí el masaje por los hombros y la espalda.

-Desatame el bikini para que no te moleste - me dijo.

Quité el nudo torpemente y aparté a los lados las cuerdas. Continué el masaje por un largo rato hasta llegar a la cintura y volví hacia arriba. Lo hice un par de veces más.

-Baja más, que las piernas también se queman - dijo.

Me coloqué de rodillas entre las piernas de mamá y comencé a masajear las piernas. Desde los pies hasta sus muslos, pero sin atreverme a tocar su culo ni la parte interior de los muslos.

-Ya está mamá - le dije levantándome.

Ella también se levantó y pasó por encima de su cabeza el hilo del bikini. Se lo quitó delante mía y sus tetas quedaron libres. Yo las miré descaradamente y después aparté la mirada avergonzado.

-Te pongo crema a ti también cariño? - me preguntó.

La miré a la cara intentando no mirar sus pecho y asentí. Me tumbé en la hamaca boca abajo y nervioso. Comenzó a masajearme la espalda y no aguanté la excitación que me producía. Mi pene estaba erecto y me dolía por estar atrapado bajo el peso de mi cuerpo.

-Date la vuelta hijo si quieres que te acabe de poner crema - dijo ella.

No podía darme la vuelta si quería que no se diera cuenta de mi excitación.

-Da igual mamá, así estoy bien - le contesté.

Ella se tumbó a mi lado en su hamaca boca abajo. Esperé un rato hasta que nos relajamos, mi ereción bajó y me quedé dormido. Después de la siesta me desperté y lo primero que ví fue a mi madre tomando el sol ...