1. Sexo con mi marido


    Fecha: 30/12/2017, Categorías: Gays Autor: Estela Barilla, Fuente: CuentoRelatos

    ... todo el alcohol que pudiera, es que me encanta hacer el amor bien borracha. Tras la cena, y como nos sobra la plata bien ganada por los dos, al postre: flan con crema o con dulce de leche que me vuelve reloca, almendrado y helado de tres bochas: chocolate, frutilla y vainilla. Y para cerrar, cafecito con crema y la cuenta que él pagó tan gentil y caballero que es , como estos 46 años de casados y 50 que nos conocemos. Charlamos de todo , nos hicimos mimos en las manos suaves y perfumadas, él me dio un piquitó y me regaló un lápiz de labios, una cremita, un collarcito y otra bombacha. Yo le regalaría todo mi cuerpo y mi amor.
    
    Por fin, ya en domingo,a eso de la 1, fuimos a la habitación reservada para doce horas, hasta bien entrado el mediodía. La habitación era como se imaginarán todo lujo: paredes y suelo tapizadas de pana bordeaux, cama matrimonial impresionante, mesitas de luz con todo a ambos lados, toilette lujoso, juego de luces, fuente con agua y mil adornos. Y el baño privado, un mundo aparte: tres o cuatro tipos de ducha, lámparas bellísimas, azulejos blancos con arabescos de todos los colores, cajonera, masajeador, duchador como en mi casa, estantes de fina madera... En ese ambiente, con un ramo de rosas rosadas con las que me sorprendió mi marido, el champagne abundante que tomamos, nuestros perfumes, mi maquillaje y cremita, nuestra ropa de cuero, lo bien comidos que estábamos y sobre todo las ganas que teníamos los dos, no cabía otra que una noche de sexo ...
    ... superintensa, romántica, amorosa, superprivada, erótica, supersalvaje y bien sucia como a los dos nos gusta. Ya excitados y tomados, aspiramos y saboreamos nuestro polvillo sexual y nos preparamos para una larga noche. Primero mi marido fue hacía el baño a terminar de alistarse para nuestra batalla, mientras yo -toda vestida- lo esperaba sentada en la cama, sin dejar de oler polvillo y cada vez más ansiosa y excitada.
    
    Salió Ernesto del baño, empapado de perfume de nuevo, en bata -que había allí- y con un espectacular y amplio slip negro que me superescitó. A mi turno, cada segundo más y más ansiosa y excitada, superestimulada por el alcohol, el polvo, el fiambre y todo lo demás, me fui para el baño, me retoqué el maquillaje, me puse más perfume y salí vestida toda de cuero pero moviéndome sensual, mientras él estaba sentado en la cama en slip y bata superexcitado y ya jadeando. Me le acerqué, le hice unos mimos, lo besé en toda la cara dejandolo todo marcado con pintura de labios, nos hicimos más y más mimitos y comenzamos a decirnos cosas superfuertes. Y se vino el desnudo... Las luces estaban algo bajas, Ernesto fue hasta el regulador y dejó la pieza casi en penumbras. Puso una música suave muy sensual y yo, al compás de ella, empecé a moverme bailando provocativamente mientras empezaba a quitarme la ropa. Y mientras a Ernesto se le hacía agua la boca y se toqueteaba su slip y su entrepierna, yo primero me quité los tacos aguja, luego él me desprendió el cinturón, después me ...
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