Sexo con mi marido
Fecha: 30/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Estela Barilla, Fuente: CuentoRelatos
Me encanta contar intimidades de alcoba, por eso les cuento con lujo de detalles uno de mis actos sexuales con mi marido, como los que tengo casi todos los días y por supuesto cada sábado.
Este fue el sábado pasado, el 6, claro a la noche, una noche fresca ideal para ponerme toda espectacular. La cosa arrancó a eso de las 5 de la tarde: fui con mi vecina y amiguita Ana María a la peluquería cerca de casa a teñirnos el pelo de rojo y hacernos las manos, las dos muy bien vestidas con sacó y pollera de terciopelo, cartera de cuero negra al hombro, pintaditas, con cremita y perfumadas. Tras lo cual merendamos un rico té con miel, sandwichitos de miga y masas con Normita, nuestra amiga peluquera, y su asistente Micaela, la manicura aparte de también trabajar con nuestro cabello. Volvimos a nuestras casas, Ana María se preparo para salir con su novio. Y yo, mientras Ernesto miraba el partido de las 18 y pico, me fui a bañar y luego preparar para lo que íbamos a hacer a la nochecita, que ya habíamos convenido: salida, cena y sexo hasta el sol. Tras darme una buena ducha en mi lujoso baño con duchador y todo, me sequé y me envolví en mi salida de baño blanca, y con el pelito mojadito y la piel húmeda y suavecita fui a mi cuarto, entré, cerré con llave y bajé las persianas para que mi marido no me espiara; igual ya le había advertido que no podía no sólo entrar sino menos tocarme la puerta, salvo algun lío o cosa muy necesaria.
Así de protegida con mi intimidad, mientras ...
... Ernesto seguía con el partido, yo empecé a prepararme. Bien tranquilita, solita pero excitada, me quité la salida de baño y lo primero que hice fue lubricar bien mi vagina y mi cola, superlimpias, con cremita y un lubricante íntimo especial para las mujeres. Luego me cepillé bien mis dientes con dentífrico y un vaso con agua ya preparado. Tras eso me sequé bien el cabello rojo fuerte, y a continuación agarré mi más rico y fuerte perfume, Cocot de Chanel, y me puse sobre todo mi cuerpo desnudo: cuello, pechos, brazos, espaldita y axilas. Ya estaba lista para empezar a vestirme espectacular. Fui entonces a mi placard, corrí la puerta y abrí el segundo cajón de mi cajonera, donde tengo la ropita erótica. Y nomás, mis amorcitos, me puse la mejor ropita que tengo. Primero, la bombacha negra con encaje y puntilla, de una finísima tela muy suavecita. Luego el corpiño, también negro con encaje y puntilla haciendo juego con mi bombacha; más tarde, me puse las espectaculares medias largas negras con puntilla y con una finísima portaligas que enganché a la bombacha. Y ahora sí, a ponerme la ropa de afuera, espectacular como la interior.
Luego de buscar en mis perchas, elegí lo que me pondría abajo. Empecé por vestirme con una blusita beige de seda muy fina y suavecita, con transparencias y con la que se notaba mi corpiño; aparte, me la desabroché los dos primeros botones para que se me notara aún más el corpiño y los pechos. Luego sí, la ropa: primero dudé entre cuero o charol, de lo que ...