Los blanquísimos jamones
Fecha: 01/02/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Fue una visión única. Pocas veces en la vida me pasó que una imagen de pocos segundos me quedara grabada por siempre.
Pero empecemos por el principio. Una vez más estaba en la cámara de cuasi tortura de la dirección de la construcción, allí donde conocí a Adriana hace 3 años atrás ¿te acordás? Pero…, había un cambio. Por entonces, si te decían que tenías media hora de plantón, lo mejor era ir al bar de la vuelta.
¡Ahora hay sala de espera! Acomodaron un espacio de unos 4 x 5 metros, con sillones y sillas, para que los plantones sean más llevaderos. Como, me dijeron, tenía para algunos pocos minutos, fui a “inaugurar” la sala. ¡No había nadie! ¿Todos los anteriores se fueron al café?
Busqué el sillón que me pareció más cómodo, y que estuviera de espalda al ventanal. Me repantigué, y esperé a que me llamen. No sé si me dormí, dormité, o quedé “ido”.
Cuando abrí los ojos, tal vez 10 o 15 minutos más tarde, justo, justo, ante mis ojos, justo allí, frente mío, a 3 metros, la visión maravillosa. La nena, o lo que sea, pues no le veía la cara, había recogido sus piernas sobre el asiento, los pies muy separados, se las abrazó y apoyó su cabeza sobre las rodillas. Las piernas recogidas dejaban a la vista dos hermosísimos jamones blanquísimos que se unían hacia el centro en una tirita negra de 2 o 3 cm que cubría levemente el sexo. La luz del ventanal iluminaba a pleno la visión. No supe que tenía más abiertos, si los ojos o la boca. Esos maravillosos muslos alteraron mi vida ...
... para siempre.
Fueron poquísimos segundos. La nena levantó la cabeza (y efectivamente era una nena) y sonrió al tiempo que bajó las piernas.
-Perdone, pensé que dormía.
-Descansando del plomazo de esta “repartición”. – Le dije como para entablar una conversación.
-¿A Ud. también le dijeron que espere aquí?
-Si, así es.
-Bueno, no se está tan mal.
-Si, claro mejor que antes. Pero los tramites siguen siendo un embole.
-¡Peor que los de una adopción!
-¿Qué? ¿Piensas adoptar?
-¡No, no! ¡Jaja! Lo digo porque tengo a alguien muy cercano que anda en eso.
En ese momento me llamaron.
-Suerte – Me dijo ella. Le agradecí su aliento con una sonrisa.
Caminé por el pasillo adyacente hasta “mi zona” y comencé con las “tratativas”. En eso estaba cuando siento que alguien me toca el hombro. La nena pasaba por atrás mío sonriendo y haciendo la clásica seña “todo bien” con el pulgar levantado.
Por momentos no oía lo que me decía el empleado. Pensaba que de alguna manera la iba a esperar, con cualquier pretexto. Ya inventaría.
A los pocos minutos nuevamente hizo el toque de hombros, ahora en el otro. Nuevamente la nena pasaba con el pulgar levantado y una sonrisa.
¡Saz! ¡Sonamos! Me estaba diciendo que había tardado menos que yo y que ya se iba. ¡Perdí! Nunca más la vería.
Terminé unos cinco minutos después y me fui “cabismundo” y “meditabajo”. No la vería más.
Llego a los ascensores y cuando voy a llamarlos siento “¡ingeniero!”
Me doy vuelta hacia el ingreso a la sala. Está ...