La sonrisa blanca - Relatos Eróticos

La sonrisa blanca

... la miraba y ya me fantaseaba muchas cosas. De cara era muy linda y de cuerpo era alta, no más que yo, y cargaba un culo y unas tetas que no disimulé mucho en mirar.  Por momentos no lo creía real. Pero lo disfrutaba y dejaba pasar a ver a dónde llegaba todo. 


La charla de ese momento, rutinaria. Ni nos conocíamos, ni habíamos intercambiado palabra así que hablábamos de qué materias cursabamos y eso. Pero en ningún momento dejábamos de mirarnos a los ojos y sonreír, entendiendo que sólo faltaba un poco más para que nuestras bocas se hundieran. Luego volvimos a clase riéndonos y un momento nos tomamos de la mano casi sin querer mirándonos un poco cómplices.
Una vez afuera, de noche y con frío, yo tenía que esperar un colectivo que tardaría muchísimo en llegar. Afortunadamente me quedé con un amigo para pasar el tiempo, pero en un momento Mi amigo se queda pasmado a lo que yo le decía, y cuando noté que no me escuchaba veo el por qué. Se aparecen casi sin darnos cuenta, una amiga junto a Paola. Ella seguía hermosa. Mirándome sonriente y con esos ojos hermosos que se le habían achinado un poco. 

Nos quedamos los cuatro hablando hasta que mi amiga y mi amigo se fueron. Nos quedamos solos. Ya sin nadie a nuestro alrededor. Ella me seguía sonriendo y empezamos a hablar de nuestras parejas. Ella salía con un chico del que se lamentaba porque no pasaba tiempo con ella, en ningún sentido; tirandome entre chistes me dice: "Vení a pasar vos ese tiempo conmigo". En ese momento ...

... ya no quedaban dudas que buscaba algo y toda una serie de contradicciones me pasaron por la cabeza. Sabía lo que tenía que hacer, que ella me deseaba tanto como la deseaba yo, sabíamos los dos lo que teníamos que hacer... Sin embargo, busqué la excusa perfecta y me fuí. La tomé de la cintura, le dí un beso en la boca y me dirigí a la parada del colectivo.
En el trayecto a mi casa, no podía dejar de pensar en lo que había pasado. En mi novia. Era la primera vez que estaría con otra persona yo. La escena invernal algo lluviosa en el colectivo, escuchando música, se interrumpió con una solicitud en Ig inesperada. Paola quiere seguirte. Empezamos a hablar y en un momento hablamos de todas las cosas que nos haríamos, todo lo que nos deseábamos y queríamos estar. Hablamos por teléfono toda esa noche y pactamos un día para vernos y solucionar todo esto. 

***

Fui a su casa, comimos pizza, tomamos unos vinos y jugamos a las cartas. En toda la noche hablamos de nosotros, creo que demasiado. Pero cuando jugabamos, ya bastante en tono con el vino los dos, la charla se volvió más caliente y el juego de miradas se volvió una forma hermosa de hacernos esperar. 
Sin terminar el juego, le tomé la mano, la hice pararse y empecé a besarla, a hundirme en su boca. Ella me tomaba de mi cabeza, me apretaba el pelo y hundía sus manos en mi espalda. Los besos eran cada vez más intensos, hasta que la apoyé con fuerza contra una pared a lo que dejó caer un gemido y la empecé a tocar por todo el ...