Cogiéndome a mi maestra de la U - Relatos Eróticos

Cogiéndome a mi maestra de la U

Hola a todos.  Soy Raúl de 23.  En el año 2019 ingresé a la universidad.  Mido 1.75 mt.  Atletico (hago gym), cabello castaño, tez, morena clara, ojos cafés.  Me encanta el sexo, soy muy ardiente y atrevido, lo práctico desde los 14. 
En ese año tuvimos una maestra novata que llamaré Rocio, de 33 años, es alta, por allí de 1.70 mt, tez muy blanca, unos ojos preciosos verdes, cabello castaño claro, una colita normal con lindas caderas, pero lo más grandioso en ella son sus increibles tetas, no se mucho de medidas de busto, pero son colosales, pero me daba cuenta que en lugar de exhibirlas, siempre las ocultaba con ropa apretada o con sacos.  No sabía el porqué?  hasta que la conocí bien.   Su idiota marido la atormentaba con celos muy subidos, y la mantenía sumisa a la fuerza, tomando en cuenta que ya no vivían juntos, pero que la controlaba a cada momento, incluso tenía que responder si el tipo la llamaba durante clases, solo para saber si allí estaba.  No tenían hijos, porque él lo había decidido asi.  Yo sentí una atracción por ella desde le inicio, creo que mi corazón hizo click y me gustaban mucho sus clases, a pesar que ella era muy introvertida y tímida.

Comencé a relacionarme con la Licenciada Rocio, porque vive en el mismo residencial que vive mi familia. Yo aún vivo con mis padres por cierta comodidad siendo soltero.  Había ciertos días en que la Licenciada salía tarde de la universidad y tenía que tomar el autobus, pero aveces ya no había servicio, fue ...

... entonces que la abordé y le dije que podía darle un aventón.  Ella lo pensó mucho, pero por fin se decidió.  En el camino yo le hablaba mucho y ella poco.   Los días pasaron y yo la buscaba al final de la jornada nocturna y la esperaba para darle el aventón correspondiente, ella empezó a tener más confianza conmigo, en ocasiones le decía que era mi maestra favorita y más bonita.  Ella se sonreía nerviosamente,  En una ocasión me dijo que no había comido nada en muchas horas, asi que en el camino había un restaurante de comida rápida y la invité a comer algo, eso ayudó mucho a que ella se abriera conmigo.

Ahora ya charlabamos más.  Ya la despedía de beso en la mejilla.  En algunas ocasiones le tomé de la mano y me di cuenta que eran muy finas, como toda ella.  Notaba que ella temblaba cuando lo hacía.  Cada vez tomabamos más confianza, en los últimas semanas cuando la despedía de beso, se lo daba muy cerca de sus labios.  Y como soy muy atrevido un día de nuevo la invité al restaurante de comida rápida, le dije que pidieramos para comer en el auto, me estacioné, nos fuimos a la parte de atras para estar más cómodos, comimos y charlamos amenamente, hicimos bromas.   Y cuando terminamos, la besé.  Ella al principio me aceptó porque sentí su lengua frotarse con la mía, pero luego se separó y me hizo a un lado.  Yo le dije que me gustaba mucho, ella me indicó que primero era su profesora, segundo que era mucho mayor que yo y tercero que era casada.  Pero algo sucedió que cambio todo ...