1. La aspirante a recepcionista de la compañía: Elizabeth


    Fecha: 04/01/2018, Categorías: Primera Vez Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Recuerdo cuando conocí a Elizabeth, estaba en esas últimas semanas previo a mi retiro, el cual sucedía coincidentemente al cumplir mis 45 años. Aquel día Beth vestía una blusa con suéter de color neutral con una falda oscura que le cubría buena parte de la rodilla, zapatos de tacón que le daban un realce a su ya pronunciada altura de aproximadamente un metro setenta, pero llamaba la atención su medias de licra blanca, y por esa suerte que ese día me brindo la naturaleza supe que también llevaba unas panti de color fucsia.
    
    Aquel día yo iba entrando con mi coche al estacionamiento para la compañía donde trabajaba y divise a la rubia, que sorprendida por el viento, intentaba a toda costa mantener su falda en su lugar para no exponer su prendas intimas al público. Fue imposible, pues la ráfagas de octubre terminaron por exponer no solamente sus lindas piernas bien torneadas y su trasero bastante pronunciado cubierto por su diminuto bikini.
    
    Como el viento no cesaba y ella no sabía si continuar hacia las puertas de la oficina o regresar a su coche, yo como buen samaritano le ofrecí acercarla a las puertas principales. Sin mucho preámbulo y sin conocernos se metió a mi coche intuyendo mi intención. Nos presentamos brevemente, pero creo que ella estaba con ese sentimiento de pena, que creo que le importo poco como me llamaba. Al contrario de ella, yo si pude admirar la belleza de su cuerpo, pero también al tenerla cerca, la delicadeza y belleza de su rostro: Ojos almendrados ...
    ... bien delineados, cejas bien recortadas y delgadas, una nariz con una simetría exquisita al compas de su rostro alargado, un sonrisa perlada que hoy hacía una mueca de pena mezclada con cierta apariencia de timidez. Fue una breve plática, pues de donde la encontré, hacia las puertas principales me habrá tomado algunos segundos.
    
    —¿Trabajas aquí? –le pregunté.
    
    —¡No! Vengo a una entrevista de trabajo. ¿Usted trabaja aquí?
    
    —Si. –le he contestado sin dar más detalles.
    
    —Bueno, deséeme suerte y quizá, a lo mejor seamos compañeros de trabajo.
    
    —¡Te deseo la mejor de las suertes! – le he dicho.
    
    La vi entrar a las oficinas apresurada y todavía sosteniendo su falda, pues las ráfagas de viento se volvían a cada segundo más huracanadas. Yo he estacionado mi coche y me voy también en contra del viento, pero con la exquisita visión de haber visto a la bella Beth con aquella diminuta prenda de vestir color fucsia. Debo decir que aquel día era un lunes, pues era tradición mía comenzar la semana de trabajo a las diez de la mañana y con las vísperas de mi retiro, aquello de ser el vicepresidente de ventas, se había vuelto una rutina más relajada y realmente me había vuelto un asesor mas para la compañía.
    
    No sé cuánto tiempo paso, pues me estaba entreteniendo con los proyectos de publicidad cuando escucho la voz de mi colega y también vicepresidente de recursos humanos llamándome por el intercomunicador: -Tony, ¿tienes tiempo para una entrevista? Sabía que aquello se trataba de ...
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