1. SEXO TRAS EL FUNERAL


    Fecha: 14/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dejar por ello de ser mi hijo.
    
    —¿Puedo darme una ducha en tu cuarto de baño, mamá?
    
    —Por supuesto que si. Yo también me ducharé luego. Hace calor y me siento pegajosa y más después del morreo y el manoseo de culo que me has dado, bandido. Llevo el tanga todo mojado por tu culpa.
    
    Se fue muy sofocada al cuarto de baño y cuando salió ella, entre yo. Cogí del bidé el tanga que se acababa de quitar, todo húmedo y pegajoso, lo olí y hasta me masturbé con él, sin correrme en la prenda para no malgastar mi semen. Esperaba, deseaba, que se produjera un milagro y que mi mamá me dejará follármela, en esta noche tan triste, que podía convertirse en inolvidable, si accedía a mis deseos.
    
    Me metí totalmente empalmado en la ducha. Estaba totalmente enjabonado, e inmerso en mis pensamientos incestuosos con mamá, cuando se abrió la puerta y entró ella. Debo decir a los/as lectores/as que en el baño de mis padres, la mampara es totalmente transparente, de ahí que ambos nos veíamos. Pero mi erección en lugar de desaparecer, aumentó.
    
    Mamá se levantó la falda y se sentó en el inodoro. Iba a orinar y oí el chorro de su pis rebotando en la loza. Luego se levantó y se secó el chochito con un trozo de papel higiénico.
    
    Le vi el coñito depilado, la rajita abierta que mostraba su rosado íntimo. Mamá hizo como si estuviera sola y se quitó la blusa. Quedó en sujetador y falda. Después cayó la falda y le vi el pubis desnudo, excitándome hasta el punto de que me di la vuelta para que no ...
    ... se ruborizara y rechazara el incesto, que deseaba cometer con ella.
    
    De repente se abrió la puerta de la mampara y mamá desnuda se metió a mi lado para ducharse. Yo estaba loco y mi erección era muy dolorosa. Temía que pronto con verla desnuda a mi lado podía correrme y ponerla perdida con mi semen, dada nuestra proximidad en la bañera, bajo la cortina de agua de la ducha.
    
    —Date la vuelta mi amor. Acepto tu propuesta y quiero ser tu amante. Ya me canso de tener el coño seco, y de que nadie me folle,
    
    Cuando me dí la vuelta hacia ella, mis ojos se fueron hacia sus tetas que eran preciosas, carnosas, con unos pezones erectos que me apuntaban provocativos y rosados. Me atreví a posar mis manos temblorosas en sus globos de carne y amasé sus tetas con deseo. Luego dibujé el contorno oscuro de sus areolas y apreté, besé y lamí esos botoncitos del placer, de los que mamé siendo un bebe, hacía ya dieciocho años.
    
    Mamá me dio un beso de tornillo, mientras yo acariciaba, apretaba sus nalgas, poniéndole mi pene a la altura de su pubis.
    
    —Te necesito hijo mío. Quiero que seas el cabeza de familia, mi marido, aunque fuera de casa y ante la gente seamos madre e hijo ¿Aceptas mi oferta?
    
    —Claro que la acepto. Yo seré una tumba. Nadie, ni mis amigos más íntimos sabrán que tú y yo follamos, que somos dos amantes que se quieren por encima de sus vínculos familiares, pasándose por el arco del triunfo sus escrúpulos morales. Acepto ser tu macho, tu querido, el dueño de tu cuerpo y ...
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