Boutique “la cariñosa”
Fecha: 24/03/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... preciosa, una belleza espectacular…
Se había puesto colorada y parecía que temblaba.
-¿Te pasa algo? ¿Tenés miedo?
-No, no. Para nada…
-¿Algún chico te beso alguna vez?
-Y… si, pero muy tontamente.
-¿Dejás que te bese? Me gustaría mucho.
-Si, si, claro.
Me incliné hacia ella, sin levantarme. Camila también se inclinó, cerró sus ojos, y nuestros labios se encontraron. Abrí sus labios con la lengua. Ella aceptó. También sacó su lengüita. El beso fue muy lindo y cálido. Camila lo aceptó totalmente. Pasé los brazos por su cintura. Ella los puso en mi cuello. Sentí que hervía…
-Sentate en mi regazo. Quiero abrazarte.
Sin ningún tipo de sorpresa, como si lo esperara, se levantó y sentó sobre mis piernas, hacia el costado. La abracé y besé. Me respondió totalmente.
Nos olvidamos del te.
Al sentir como estaba al palo, acomodó sus glúteos para sentirme entre los cachetes. Siguieron las caricias. Besos en el rostro, el cuello, los orejitas y pasé la mano baja el top, subiendo hasta las tetitas. Aceptó todo. Con la otra mano, en su espalda, solté el cierre del corpiño. Lo aceptó, como todo.
Luego de acariciar sus duros pezones, bajé la mano izquierda, porque con la derecha, luego de sacarle el corpiño, llegué a su tetita. Acaricié sus muslos, bajo la pollera. Muy despacito fui arrimándome a la entrepierna. Las abrió todo lo que permitía la pollera tubo. Entonces la recogí hacia ella, para que le fuera más cómodo. Abrió más las piernas, cuando llegué a la tanga la humedad ...
... se había convertido prácticamente en torrente. ¡Parecía que ya hubiera acabado!
Besos en la boca, caricias en las tetas, los dedos que apartaron la tanga estaban un su vagina. ¡Era el momento!
La levanté parándola a mi lado. Levanté el top. Levantó los brazos y lo retiró prestamente. Besé sus globitos y sus pezones. Suspiraba un suave “ah, ah, ah…”
La mano que tenía entre sus piernas salió para ubicar el cierre de la pollera. Lo abrí y la pollera cayó. Sin que yo dijera nada –hasta ese momento ninguno habíamos hablado-, Camila retiró sus sandalias y sacó con sus pies la pollera. ¡Había aprendido de Yoli! Le bajé la tanguita.
Mis labios no dejaban de besar y chupar sus tetitas. Ya sin tanga, apoyé toda la mano en su conchita. Metí en dedo, explorando. Camila se acomodó. Estaba totalmente desnuda. Me alejé un poquito para verla. ¡Bellísima! Me levanté y la tomé en mis brazos, por la cintura. Camila tenía los ojos cerrados. La paré sobre el sofá, me agaché lo suficiente hasta llegar con la lengua a la conchita, que más parecía los pancitos de una hamburguesa, solamente separados por una rajita.
Cuando sintió mi lengua acariciando y mi boca besando, Cami tembló… Introduje la lengua buscando la vulva, y acaricié suavemente. Con mis labios sorbía los suyos, tironeaba un poquito…
-¡Aaaaahhhhh! – Muy despacito Camila suspiraba y gemía. Llegué al clítoris. La sacudida de Cami fue total… Llegó al orgasmo. Muy lindo, muy jugoso, con sabor a vainilla. ¡Un sabor único! ¿Cómo lo ...