1. El eterno culo de mi mejor amiga


    Fecha: 29/03/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Follet, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Recién había cumplido 20 años cuando ingresé a trabajar, me asignaron con Sara, una mujer con la que nadie quería trabajar, por pedante y soberbia decían, sin embargo conmigo nunca tuvo ese trato, la realidad es que había tenido una educación religiosa muy rígida, su padre era demasiado estricto y por todo ello era muy reacia a relacionarse con la gente, además de que no soportaba sus comentarios de doble sentido, le parecían de mal gusto. Sara era una mujer guapa, sólo usaba un poco de carmín en los labios y ni una sola gota de maquillaje, el cabello siempre recogido en una coleta, su vestimenta era anticuada para la época, vestidos largos, amplios, zapatos sin tacón, siempre con un swetter o un saco largo, ocasionalmente usaba jeans, holgados, aún así su silueta se perfilaba, caderas anchas, nalgas paradas, piernas torneadas, su busto no era muy prominente.
    
    A pesar de la diferencia de edades, o quizá por la misma razón, hicimos una buena relación, la mayor parte de la jornada la pasaba con ella en su cubículo, le aprendí mucho y me gané su confianza, cuando por alguna razón no tenía que salir corriendo para la universidad me quedaba a comer con ella, usualmente en su cubículo, en esas jornadas me contó de las restricciones que tenía en su casa, su padre la trataba como si fuera una niñita, a pesar de tener ya 28 años, no le había permitido tener novio, le revisaba la ropa que compraba, cuando salía a alguna reunión con alguna o algunas amigas, tenía que regresar antes ...
    ... de las once, obviamente, el alcohol y el tabaco estaban prohibidos.
    
    Un buen día me pidió que la acompaña a la boda de una amiga, no quería ir sola, acepté gustoso, me recogió unas calles antes de llegar al lugar donde sería la fiesta, su puso un poco de maquillaje, dejó caer un poco de cabello sobre un lado del rostro, se veía hermosa, pero lo que me sedujo más fue cuando le ayude a bajar del auto, llevaba un vestido azúl, largo, de tela ligera que se pegaba a su cuerpo, media espalda descubierta con una chalina encima, ningún escote, sus pechos resaltaban en la tela, y unos tacones más altos que los que normalmente usaba, se veía espectacular, realmente tenía un cuerpazo.  
    
    Compartimos la mesa con varias parejas, todas era amigas de su infancia que iban con su esposo o su novio, yo era el más joven, me presentó como un amigo de la oficina, cenamos, bailamos, aunque el baile no se le daba, disfruté tenerla en los brazos, olía muy rico y sentirla cerca me excitaba.  No probamos gota de alcohol hasta que llegó la hora del brindis, por primera vez en su vida, según me dijo, probaba la champaña y le gustó, pidió una segunda y una tercera copa, obviamente le hizo estragos, empezó a arrastrar las palabras al hablar, se reía de cualquier bobada, me pidió que saliéramos a la terraza y empezó a hablar de lo dura que era su vida, de la mala relación con su padre, de su hartazgo de no poder hacer nada sin estar vigilada, de no haber tenido un novio, soltó algunas lágrimas y sin más ...
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