Boutique “la cariñosa” 5 - Relatos Eróticos

Boutique “la cariñosa” 5

... palo, se tomó de las canillas y me dijo sin dudar “métemela”.
-Pero… tesoro…
-Dale, metela…, un rapidito…
La tomé de la cintura y se la clavé de un saque…, en la concha. Al culo no quería ir hasta estar seguro que se le fueron las “molestias”.
-¡Dale! ¡Así! ¡Así! ¡Yaaaaa! - Y se mandó otro orgasmo. ¡Era inagotable! - ¡Ya está! ¿Y vos? 
-Vos sabés que no puedo tan pronto. No tengo 20 años.
-No importa papito. ¡Igual me gustó!
Nos bañamos, al fin. Mucho jabón en la espalda, las tetas, el culo y la concha. Muchos dedos adentro para que goce…, y yo tratando de terminar rápido. Me dio una buena masajeada de pija y al fin terminamos.
Cuando salí respire hondo. Por hoy había zafado…
Era viernes… Sábado y domingo para descansar…, y el lunes también…, pero llamé a Yolanda para avisarle que el martes pasaba por el local.
Cuando llegué, antes de que abriera, vi que Yoli estaba con otra señora, tal vez clienta. Era raro tan temprano…
Pero no… Después del segundo paso hacia donde estaban las dos mujeres la vi: la carita y el culo de Camila, las tetas de Miriam… ¡MAMITA! ¡Las nenas tenían por qué!
-Hola Dani. - Yoli se acercó y me besó en la boca, un livianito beso de lengua…, como para mostrar… quien era la dueña… - Lorena, él es Daniel…
-¡Daniel! ¡El tipo más famoso entre las mujeres que conozco! - Muy confianzuda ella. - En serio Daniel, todas me hablaron maravillas de vos.
Tanta confianza me confundió. La miré. No sabía que decir…
-Creo que exageran, Lorena…
-No para ...

... nada, Lori. Puedo dar fe. – Yolanda ponía énfasis en lo que decía. – Pero de cualquier manera lo podemos comprobar… ¿no te parece?
No sé si se dirigía a mí o a Lorena.
-Si, claro. Comprobemos. - Lorena se dirigió decidida a la trastienda. Yo me hacía cruces ¿Cómo aguantar a estas dos minonas al hilo?
-Vamos Dani, no seas tímido. - Yolanda sabía lo que yo pensaba. Y no perdió tiempo. Me desabrochó el cinto, bajó pantalón y calzoncillo… y ya estaba agachada chupando.
Lorena me sacó la camisa… y yo “no tuve más remedio” que bajarle el cierre al vestido cuando se dio vuelta para que lo hiciera. Cuando cayó ¡O Dios! ¡Eso es un culo! Pues no tenía ni corpiño ni tanga. 
¡Evidentemente habían “arreglado” entre ambas cual “sería mi destino”!
Cuando Yoli terminó de sacar los cordones de los borcegos de obra se paró y… bueno…, ella también tenía un vestido con cierre en la espalda. ¡Qué casualidad! Cuando ambas mujeres quedaron en bolas yo tragué saliva. Nunca había visto al mismo tiempo dos minas con semejante prestación. Una exposición griega de tetas, culos y gambas! Las famosas esculturas justamente no son de debiluchas. Estas eran iguales. ¡Carne para alimentar a diez hombres al mismo tiempo…, y yo estaba solito!
	Las chicas estaban apuradas. Ni siquiera me dieron tiempo para que las chupara, aunque sea un poquito. Me tiraron sobre el sofá y empezó a chupar Lorena…, y se alternaba con Yoli. ¡Un poquito cada una! Me pajeaban y mamaban. ¿Aguantaré hasta poder metérsela en el ...