Boutique “la cariñosa” 5 - Relatos Eróticos

Boutique “la cariñosa” 5

... culo a Lorena, aunque sea?
Al fin pude acomodarme a lo largo del sofá. Entre mis piernas quedó Yoli mamando. Sobre mi cara se sentó Lorena. ¡Ellas resolvían todo lo que hacer! Lori estaba riquísima. Una mezcla deliciosa de los jugos de sus hijas. Recuerdo que Yoli también tiene algo del gusto de Araceli. Bueno, en general las nenas salen a las mamas, por suerte…
Lorena se agachó como si fuera a un 69, pero a compartir la pija con Yoli. 
Yo le seguía chupando la concha a la mamita de las nenas. No veía muy bien, en realidad, nada. La concha de Lori tapaba toda mi visión…, pero por los movimientos y sonidos que venían por el lado del choto suponía que las chicas no solo compartían mi pija, sino que se besaban y manoseaban entre ellas. ¡Grandes amigas, sin duda!
Luego del primer delicioso orgasmo de Lorena sobre mi cara, se levantó. ¿Cambiaría de ubicación con Yoli?
Efectivamente, Yoli vino sobre mi boca y Lori se dedicó a mamar. Yo dejaba hacer. ¿Qué iniciativa podría tomar ante semejantes minas? Lo tenían todo muy claro.
Menos mal que el sofá era grande. Me podía estirar, tener entre mis piernas a Lorena y en mi cara a Yolanda.
¡Nuevo Cambio! Lorena se ensartó la poronga y empezó una suave cabalgata. Yo seguía chupando a Yoli. Todavía no había acabado. Me encantaba como Lori movía las caderas en círculo, para sentir la pija en todos los rincones. ¡Yo también la sentía! ¡Una barbaridad!
Seguía aguantando…, pensando, como siempre, en la guerra de Crimea…
Luego de su, ...

... también riquísimo, orgasmo, Yoli se levantó. Metió mano entre el culo de Lori, bajo la concha, y mi pelvis, y esperó hasta que ella llegara al clímax, que sin duda conocía muy bien.
Entonces se paró sobre mi cuerpo, con las piernas al costado, y puso su concha en la boca de Lorena.
Lori acabó al mismo tiempo que su amiga le chupaba la concha…, y todas fueron felices… ¡pero la función recién comenzaba!
Me volvieron a acomodar a lo largo del sofá, semi sentado contra uno de los apoyabrazos. Yoli se la enterró de espaldas a mi cara, y agachada hacia mis piernas, ofrecía a mi vista su hermosísimo culo, mientras veía como la pija entraba y salía de su concha. Lorena se paró frente a mí, con las piernas semiflexionadas, y puso nuevamente la concha contra mi boca. ¡Le había gustado! Me apretó la cabeza contra ella. Como estaba parada se movía como si ella estuviera cogiendo mi boca. ¡Esta mina era grandiosa! ¡Yo apenas si podía aguantar! Nadie hablaba. ¡Era la “cogida silenciosa”! Sólo pequeños gemidos y grititos. Sin duda estas minas habían tenido a más de uno “sometido” a sus conchas. 
-¡Chicas, por favor! ¡Me viene!
-¡Dale, acostate!
-¡No, no! ¡Quiero estar parado!
-¡Ah! ¿Te gusta ver, no? 
-Claro, quiero ver como salta el chorro y ustedes lo tragan…
Mientras yo trataba de decir como lo quería hacer, ellas se acomodaron de rodillas, a tiro de la pija. Comenzaron una sabia mamada entre las dos. Tenían las bocas a los costados del tronco, y con los labios acariciaban en la ...