¡Esa tarta de manzanas! - Relatos Eróticos

¡Esa tarta de manzanas!

... Solo la tuya. – Ya se había colocado con la pierna sobre el inodoro. Nuevamente se la metía…
-Y… ¿chupaste muchas? 
-Nooo…, ninguna, vos sos el único.
-¿Todavía no cogiste con algún chico amigo? 
-No, ninguno. No me gustan…
-Tenés que probar. ¡Vas a ver que te va a gustar! Si no lo hacés, no vas a saber que tan lindo es.
-Yo sé que es lindo…, con vos… - Miriam estaba levemente agachada. Yo la tenía de la cintura. Seguí con un suave bombeo.
	Sacaba la pija de vez en cuando y le acariciaba el clítoris con el glande. La volvía a meter y ella gemía y suspiraba…
-¡Es tan lindo y lo disfruto tanto! – Comenzó con un leve estremecimiento. - ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Buenísimo!
	Se autoensartó hasta el fondo. Me apretó la pija con la concha y la pierna con la mano…, y se mandó una de sus fabulosas acabadas! 
-¿Ves? ¡Sos único! ¡Dos sacudidas y me hacés llegar al orgasmo! 
-¿Te acabo adentro o preferís en la boca?
-¡En la concha! ¡Ahora puedo! Hace cuatro días se me fue la regla! ¡Dale! 
	La tomé con fuerza de la cintura. No la podía agarrar de las tetas porque aflojaría la presión en la concha. ¡Plaf! ¡Plaf! ¡Plaf! Levanté la energía y velocidad. Los huevos pegaban contra los cachetes del culo…
	¡No hay nada mejor que temblar en la llenada de concha!
-¡Papito! ¡Una maravilla! – Cuando sintió los chorros de semen, Miriam se apretó contra mí y me presionó la poronga todo lo posible. ¡Fue hermoso! – Sacamela despacito así puedo poner las manos para no perder el chorro… - Y bajó la ...

... pierna del inodoro.
	Cuando la sentí blandita dentro de ella, la fui escurriendo… Las manos de la nena estaban tapando la concha. Recogió todo lo posible, inclusive sus jugos, y las llevó a la boca. Le ayudé con lo que estaba chorreando por las piernas. Recorriendo las mismas, con lo que quedó en mis dedos, llevé las manos a su boca, y Miriam lamió golosa. 
-¿Te gusta mucho el semen? – Ahora el morboso era yo.
-Me gusta muchísimo. – Me abrazó por el cuello y me besó. Quería compartir nuestros fluidos…
-Tendrías que tener cuatro o cinco tipos para vos…, así tendrás lo necesario…
-¡Jajaja! ¡Maldito! ¡Querés que me empache! – Mientras hablamos fuimos abrazados hasta el dormitorio.
Como no habíamos “desarreglado” la cama de la mamá, la nena me llevó a su cama. Por “suerte” me iba dejar descansar… 
-¡Vaaaamos! ¡No me digas que no habrás visto algún video con una chica y cinco chicos!
-¡Jajaja! Siiii…, vi, pero prefiero estar sola con vos. ¡Me basta y me sobra!
	Yo pensaba que, si seguía tan calentona, en dos o tres años seguro que estaría con cuatro o cinco.
-Creo que es lo ideal…
-¿Qué cosa?
-Que estés con cuatro o cinco…
-¡Estás loco!
-Tenés tres agujeros y dos manos… ¡Justo!
-¡Jajaja! – A Miriam le divertía mis guasadas. Yo no quería sacármela de encima. Quería que se “entretuviera” con otros, para darme más tiempo. Necesitaba descansar de vez en cuando.
	Desde hace un tiempo pensaba en unas vacaciones, pero “vacaciones” en serio. Con Araceli, en algún lejano ...