Cuernos de pandemia
Fecha: 23/04/2021,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Contador4u, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Desde que empezó la pandemia, mi mujer salía a caminar muy temprano todas las mañanas, sin faltar un solo dia. Me provocaba admiración su determinación.
Salía tan temprano que cuando ella regresaba de su caminata, normalmente yo aún estaba en cama. En algunas ocasiones que la escuché comentar por teléfono con alguna de sus amigas sobre estas caminatas, me sorprendió el tono de algunas frases que podía captar de la conversación:
-No sabes...se le nota todo...si!!! taco de ojo....total! No! Parece que no usa...enorme!...
Me intrigaba, y entonces enlazaba comentarios con los que le escuchaba en otros momentos, más íntimos entre ella y yo. No pocas veces después de su caminata, apenas entraba a la habitación, cerraba la puerta detrás de si y se abalanzaba a la cama entre mis piernas y me daba unas mamamadas muy caliente, murmurando:
-Qué paquetote se le marca, mi amor....cómo se le menea mientras camina...mmm! Me la como, me la como...me encanta la verga!...mmm!
Antes de escuchar las conversaciones con su amiga, no sabía a qué se refería, pero después de eso entendí un poco mejor. Sobretodo recordando su debilidad por mirar los paquetes que se les dibujan a algunos hombres. En más de una ocasión la vi clavar la mirada en la verga de hombres que encontrábamos o mirábamos pasar: Seguramente durante sus caminatas podía deleitarse viendo más de lo que le gustaba, especialmente que todos llevaban ropa deportiva.
A pesar de unos ligeros celos que me atacaban, me ...
... ponía tan caliente de imaginarla en las situaciones en que se saboreaba mirando vergas y que, al mismo tiempo, la ponían a punto para venir a terminar conmigo. Yo me dejaba hacer e invariablemente terminaba viniéndome en su boca. Después de beberse toda mi leche, se recostaba en mi vientre acariciándome los huevos. Caricias que yo le agradecía soltándole dos o tres chorrito más de mecos, que ella volvía a comer ahora con menor ansiedad, seguramente imaginando que había mamado alguna de las vergas que miraba en el parque.
Así duramos un tiempo desde las primeras semanas de la pandemia. Casi cada tercer dia me daba una mamada de éstas, murmurando entre dientes frases similares:
-Aayyy qué cabezota se le ve, papi, bien marcadita...mmm! Está bien vergudo, papasito! Quiero que me coja!
Me excitaba sobremanera escucharla fantasear con otras vergas, sin que ella supiera que yo lo sabía. Me subía el calor al tope y no resistía sus mamadas sin llenarle la boca con mi leche, y ella a tragársela a ojos cerrados, lamiendo hasta la última gota y dejarme la verga flácida, mientras se imaginaba seguramente aquellas que le provocaban extrema calentura.
No obstante éste acuerdo implícito, de a poco las mañanas de mamadas se fueron espaciando y pronto empecé a notar que regresaba mas cansada y se desvanecía en la cama apenas entraba en la habitación. En alguna ocasión, a falta de la mamada, me monté en ella para penetrarla, y al meterle la verga con mucha facilidad, sentí su vagina ...