1. Cuernos de pandemia


    Fecha: 23/04/2021, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Contador4u, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... visto, recorriendo por la parte interna de un seto de mediana altura que seguía el corto camino que recorrieron hasta ubicarse en un pequeño claro del bosque, que seguramente ha sido su refugio todos estos dias. 
    Extendió en el suelo una colchoneta que llevaba en la backpack y se hechó encima de ésta, quitándose la ropa y dejando a la vista su enorme verga oscura, negra, gruesa, muy larga y cabezona, que había enajenado la mente y la panocha de mi mujer. Era un joven negro muy atlético, de músculos marcados. Recostado bocarriba, su verga parada simulaba una enorme estaca gruesa de la que ya mi mujer se había prendido y mamaba con fruición. Debo confesar que yo mismo nunca había visto una reata tan grande y tan negra, fuera de las películas. No podía culpar a mi mujer por su fascinación y el cuerno que me pintaba. 
    No pude contener mi erección cuando la levantó en vilo con sus fuertes brasos, y le dió la vuelta en el aire para dejarla en posición del sesenta y nueve sobre él, perdiendo su rostro debajo de la falta que luego descubrió para que yo pudiera disfrutar la vista de ese rico culo abierto que era también mío. 
    Mi mujer arqueó la espalda y soltó un fuerte gemido de hembra en celo, cuando sintió su lengua suave recorrer los inflamados labios vaginales. Un grueso hilo de saliva se extendió desde su lengua hasta la punta hinchada de la verga mientras la liberaba de la mordida de sus labios abiertos, para gemir abiertamente y sin recato, ante los embates de la ...
    ... lengua del moreno que la recorría desde la panocha hasta el ojillo del culo, de color marrón oscuro que contrastaba con la albura de su piel, cada vez que él le abría las carnosas nalgas para meterle la larga lengua. 
    Desde mi escondite creía percibir el fuerte aroma del sexo de mi mujer, que yo conocía muy bien. Aprovechaba mi camuflaje para admirar abiertamente el tamaño y la forma de su verga. Me sorprendía la atracción que arrastraba mi vista hacia ella. Se me endurecía la mía mientras me masturbaba al ritmo que mi mujer se la jalaba y  se la mamaba con tanto placer, que me excitaba deseos repentinos de agarrarme de esa enorme estaca igual que ella lo hacía. 
    Me sentí desconectado del mundo, enajenado por los sonidos y aromas del sexo que atestiguaba, exacerbado por la vista de los cuerpos desnudos entrelazados, formando el signo del infinito, mientras se devoraban placenteramente los sexos uno al otro. Eyaculé con enorme placer, regando mi leche entre los arbusto, sin perder la erección y sin cerrar los ojos, para no perder detalle de la escena. 
    Creía estar soñando al ver la increíble potencia sexual del negro, cuando mi mujer, con pesar evidente, se sacó la verga de la boca para incorporarse. Se despojó de la blusa y giró de pie frente a él, que continuaba tumbado y con la verga parada, mostrándole sus enormes tetas con los pezones muy erectos. Fue luego bajando despacio, pero con decisión, ensartándose en la verga sin dificultad aparente. Un profundo gemido, grave, ...