Me "okuparon" el piso
Fecha: 09/05/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tus Relatos
Autor: Jeitos, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Cuando nos enteramos de que en el piso que teníamos a las afueras de la ciudad y que habíamos comprado hace dos años con la idea de alquilarlo más adelante, habían entrado unos ocupas, se nos cayó el alma a los pies y el disgusto y la preocupación fueron enormes. Tras hacer varias consultas y ver lo complicado y lento que podía resultar el desalojarlos, una tarde me decidí a ir a hablar directamente con ellos. Fui sola porque mi marido es un calzonazos que se acojona por todo y no me quiso acompañar. Llamé a la puerta y me abrió un tipo con una pinta infame, desastrado, con greñas y agujerado con piercings y pendientes por todos lados. Posteriormente me enteré de que era un elemento de cuidado; procedía de uno de los barrios más degradados de la ciudad y había estado varias veces en la cárcel por robo con fuerza, agresiones y atentado a la autoridad. Le llamaban el “bullas”. Tras explicarle quien era y conminarle, de manera firme pero educada, a que deslojaran la vivienda, el tipo se me quedó mirando un momento de arriba abajo y me dice que ni de coña, que están en su derecho, que la ley los ampara y que piensan quedarse mucho tiempo. Desquiciada y frustrada me encaro con él, ya de peores modos, y le exijo que abandonen mi piso, a lo que directamente me responde: “vete a tomar por culo”. Le replico:
- Por culo te vas a tomar tú.
- Yo no tengo ese vicio -me contestó- pero a ti sí que te voy a encular para que sepas lo que se siente cuando mi torpedo revienta en el ...
... intestino de una puta vieja como tú.
Me quedé estupefacta, indignada, aturdida y asustada, aunque allá en el fondo noté un tímido e incipiente amago de morbo, como un pequeño hormigueo, y no se me ocurrió otra cosa que decirle, con lo que pretendía ser sorna y se quedó en una patética muestra de impotencia:
- ¡Hombre, ya era lo que faltaba, primero se mete en mi piso y ahora quiere meterse en mi culo!
Tras una mínima pausa en la que “el bullas” pareció reflexionar, me dice:
- Bueno... eso igual lo podríamos ver, lo del piso, digo. Meterse en todo tal vez sea algo abusivo. No te digo yo que si optamos por el culo no haya que valorar el salir de la casa.
- Pero ¿Qué dices?
- Que estoy pensando que igual podríamos llegar a un trato: si tú aceptas que te dé por el culo yo estaría dispuesto a desalojar la vivienda.
Puse inicialmente la cara de mayor indignación de la que fui capaz, la que se supone debe corresponder a una víctima de tan descomunal ofensa, pero no pude evitar que, como un flash, pasara durante un segundo por mi imaginación la imagen de verme sodomizada por ese cerdo, y el hormigueo iba subiendo de intensidad y ya casi era como un calambrazo que parecía producirme crecientes sacudidas. Por otro lado la posibilidad real de solucionar el problema y desalojar la vivienda también era una motivación potente para valorar la propuesta, así que abandoné la primera reacción de sentirme ultrajada y le dije:
- En el supuesto de que aceptara ¿cuando ...