Me "okuparon" el piso
Fecha: 09/05/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tus Relatos
Autor: Jeitos, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... arrastrada, el dedo en el culo, la idea de ser sodomizada por cuatro simios como aquellos durante dos meses, el dedo en el culo, el “puta vieja a la que ni un perro se tiraría”, el problema del desalojo resuelto, el dedo en el culo, la cara de lascivia de los tres energúmenos ante la forzada apertura y exposición de mi... el dedo en el culo... dentro... todo dentro... moviéndose... girando... apretando... presionando... dentro... hasta el fondo... los otros viendo, gozando... y... a partir de mañana los cuatro a montarme, a cabalgarme... yo a cuatro patas y ellos por turno empotrándome sus miembros en mi trasero... yo boca arriba mientras uno de ellos agarrándome por los tobillos me levanta y separa las piernas para acto seguido perforarme el ano... yo, pasiva y sumisa, aceptando mansamente ser la vieja furcia de cuyo culo los cuatro patanes usan a discreción... yo, pasiva y sumisa... excitándome cada vez más... calentándome cada vez más... sintiendo que de la tensión y el enervamiento pasaba a la agitación y el sofoco. Cuando me di cuenta tenía el sexo empapado. Mis pensamientos me habían llevado a un estado de excitación tal ...
... que yo misma no pude evitar llevarme dos dedos al culo y también meterlos. Al tiempo que los agitaba, recordaba el trabajito que hacía unas horas me había hecho “el bullas” y pensaba que después de todo yo, mi cuerpo, o cuando menos una parte de él, era objeto de deseo, de interés, era apetecible para ciertos hombres, Sería algo que iba a dar placer, algo que haría disfrutar. Necesario para que ellos gozasen y se corriesen. Precisaban meterla y me la iban a introducir a mí. Yo los iba a acoger dentro de mi cuerpo en el que ellos finalmente aceptarían que retozasen sus falos. Su esperma lo iban a dejar en mi interior. Se iban a correr en mi culo. Yo era, por tanto, algo válido y apreciado. Valorado y necesario. Yo sería la receptora de su descarga seminal. ¡Yo! a mí me querrían, me buscarían, me tratarían, me sodomizarían... me... me... me reventó y me atravesó por todas las células del cuerpo tal explosión de placer que ya no sabía si era un orgasmo o la descarga eléctrica de una linea de alta tensión. Acabé jadeante, empapada y exhausta, pero sorprendentemente no se había apagado mi calentura. Cogí el teléfono y llamé al “bullas”.