Me "okuparon" el piso
Fecha: 09/05/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Tus Relatos
Autor: Jeitos, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... abandonaríais el piso?
- Pués una semana después de que empecemos el tratamiento.
- ¿El tratamiento?
- Sí. Claro. No solo sería una vez. El trajín deberá ser polo menos cinco días a la semana durante dos meses. Y eso siempre que mis colegas estén de acuerdo.
- ¿Cómo que tus colegas?
- Sí. El Mohamed, el moreno Molunga, y el gitano rumano Florianu. Los cuatro compartimos esta casa y a ellos se lo tengo que decir, aunque no te preocupes, aquí se hace lo que yo decido. A ver ¿quieres que se lo diga?
- Pero dos meses es mucho tiempo... cinco días …
- El que algo quiere algo le cuesta y además ya verás como te va a saber a poco. ¡Qué! ¿hablo con ellos?
Puse cara como de resignación acompañada de disgusto y encogiendo un hombro le dije:
- Psss, bueno.
A los cinco minutos apareció de nuevo:
-Bueno, ya está. Me costó. Logicamente les planteé que ellos también iban a participar, pero... que no, que si estaba loco, que como iba a cambiar el piso por meterla en el culo de una puta vieja... Les expliqué que follar por el culo a una señora fina y elegante no se consigue todos los días. Pero ni con esas. Que si no dejas de ser una sucia furcia a la que ni un perro se tiraría, que si ellos están servidos con la Yeni, la lumi de confianza... Así que tuve que explicarme de otra manera... ya me entiendes... Eso sí, les di la garantía de que podrían disponer de tu culo como les venga en gana. El trato está cerrado: veinte minutos cada uno, cinco días a la semana ...
... durante dos meses, y si empezamos mañana, en una semana estamos fuera de aquí. ¿Tienes un sitio donde poderte trajinar?
El trato fue tan brutalmente vejatorio, me sentí tan humillada, tan degradada, que hasta noté una sensación de placer morboso en ser tratada de forma tan denigratoria, y en vez de ofenderme, o como mínimo protestar por la imposición de toda esa barbaridad de nuevas condiciones, lo único que le contesté fue:
- Sí. -Teníamos otra casa en una zona de la periferia de la ciudad, donde mi marido y yo apenas somos conocidos y donde la movida que se avecinaba podía pasar más desapercibida-.
En esto que aparecen los otros tres especímenes por la puerta. ¡Menudos pintas!¡Vaya cerdos, cochambrosos, malolientes, zafios, bastos, macarras...! ¡lumpen en estado puro! ¿y estos eran los que me la iban a introducir en el recto? También me miran de arriba a abajo con cara de asco y el tal Florianu dice:
- ¡Me cago en todo. Es mucho peor de lo que creía. Pero si es mucho más vieja y más callo de lo que me imaginaba!
Entonces “el bullas” brusca y rapidamente se me abalanza, me rodea con sus brazos por detrás y me sube la falda dejando al descubierto las nalgas que por supuesto el minúsculo tanga que llevaba no cubrían. Agarra violentamente cada una de ellas con una mano y las separa firmemente junto con la cinta del tanga, dejándome con el ano a la vista de sus compinches y, sin dejar de apretujarse contra mi cuerpo, les dice:
- ¿Y de esto qué me ...