1. Mi excitante paseo por la playa con mamá


    Fecha: 21/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Jorgecaliente69, Fuente: xHamster

    ... mi padre seguía durmiendo, me ordenó mi madre:Vete a la sombrilla y traete aquí dos toallas grandes, una para mí y otra para ti. Si no se despierta tu padre mejor, así no tenemos que darle explicaciones.Así de fácil, que fuera yo, enseñando mis vergüenzas a todo el mundo, por lo que la respondí, señalando mi rabo erecto al que mi madre no dejaba de mirar.No puedo ir así, mamá. Ya ves cómo lo tengo, cómo me lo pones.Abriendo mucho los ojos, me miro directamente a los ojos y me dijo muy irritada, despacio y amenazante:Pues hazte una paja y vete a por las putas toallas.Mejor tú, mamá, hazme tú la paja.Dudó un momento pero enseguida cogió mi cipote tieso con una mano y empezó a masajeármelo enérgicamente, pero sin dejar de mirar hacia donde estaba mi padre, dándome al principio incluso casi la espalda.Más despacio, mamá, más despacio, que me haces daño.Me quejé y ella aminoró el ritmo, girándose hacia mí, pero sin dejar de mirar hacia mi padre.Todavía más despacio, por favor, mamá, suave y despacio, suave y despacio.Y eso hizo, lo acarició insistentemente, y yo, gozando del momento, coloqué mis dos manos sobre sus enormes tetas, una en cada teta, sobándolas a placer.Eran tan suaves, tan calientes, y crecían y crecían bajo mis manos, cuanto más las sobaba, cuanto más las amasaba, más crecían y crecían, sobre todo sus pezones, duros como piedras y de color rojo oscuro, casi negro.Ella también disfrutaba por la cara de vicio que ponía y por la respiración tan agitada que tenía, ...
    ... aunque intentaba disimular al estar frente a su hijo.Quizá por disimulo, para no parecer una viciosa, se fue girando para colocarse mirando hacia la orilla, casi perpendicular a mí, por lo que mi mano derecha al no poder sobarla la teta, descendió a sus nalgas, y empecé también a sobarlas, incluso entre los cachetes.Al tener ella las piernas abiertas bajo el agua para sujetarse mejor en el fondo, mis dedos se movían libremente sin encontrar ningún obstáculo.Me concentré en su ano, restregando insistentemente mis dedos por su agujero, intentando penetrarlo, pero lo tenía muy prieto y, al intentar forzar un poco, mi madre se agitó como si la m*****ara y se quejó con un audible:¡Aaayyy!¡Era virgen, todavía virgen! O eso quería indicarme, aunque lo dudaba mucho.Pensaba que se quejaba de falso pudor, que apretaba los glúteos para no ser penetrada por su hijo, pero que el agujero lo tenía lo suficientemente dilatado como para que entrara toda mi mano dentro, y, por supuesto, mi cipote.Desistí momentáneamente de penetrarla por el culo y, bajando mi mano a su sexo, lo encontré suave, cálido, esponjoso.Al sentir que había llegado a su vulva, jadeo fuertemente y se inclinó un poco hacia delante, lo que me dio luz verde para meterla mano a placer entre las piernas, en su jugoso sexo.Recorrí con mis dedos su vulva, sus labios genitales, de arriba abajo y de abajo a arriba, que se abrieron de par en par, dejándome que accediera a su interior.Jugueteando con su clítoris cada vez más hinchado, ...