1. Pregunta Comprometida


    Fecha: 01/06/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... clavados en el sofá. Su boca entreabierta…, y mi rostro cubierto por un fluido de aroma genial. Su sexo seguía temblando. Me apoyé en mis manos y comencé a reptar sobre su cuerpo. Mis labios y mi lengua recorrían su humedecido vello. Llegué al ombligo. Hermoso, todo hermoso. Cuando la base de los globos de sus tetas estaba al alcance de mi lengua, Laura reaccionó.
    -¡Esperá, esperá! ¡Hagamosló como lo hiciste con la nena! 
    -¡Nooo! ¡La tabla de este inodoro es plástico! ¡Se romperá!
    -¡No, sonso! ¡Acá, en el sofá! Total… ya bastante “jugoso” lo dejaste. – Laura estaba contenta y divertida.- Dale, sentate.
    Es lo que hice. Laura se subiría, supongo.
    Pero no. Se arrodilló ante mí y tomó la pija en sus manos. 
    -¡Por favor…, nena! ¡Quiero “poder” en el momento oportuno!
    -¡Un poquito nomás!
    Me besó y lamió el glande. Sonriente me miraba a los ojos…, y se lo introdujo en la boca.
    -¡Por favor mamita…, te la quiero meter! 
    -¡Si! ¡Ahora!
    	Prácticamente saltó hacia mí, con las piernas abiertas… y mágicamente se la ensartó de una, como había sido aquella lejana vez, cuarenta años atrás.
    -¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
    -¡Aaaaahhhhh!
    No pasaron dos segundos… ¡y acabamos al mismo tiempo!
    -¿Qué te pareció? ¿Volviste a tus quince?
    -¡Jajaja! Vos tenés las tetitas un poco más grandes… - Nos quedamos quietos, ensartados.
    -¿No le hiciste nada más? ¿No la besaste? ¿No la acariciaste?
    -Es que no terminé de contarte. Ya iban a llegar los detalles…
    -Te interrumpí por razones de “peso mayor”. - Y ...
    ... saltó sobre mi pelvis, volviéndose a enterrar la pija. - ¡Jajaja! ¿Te gusta?
    -¡Cosa de locos!
    -¡Sabés una cosa, Dani? No tenés idea de lo feliz que me siento, estando aquí, con vos. ¡Sos maravilloso!
    -No sé…, siento algo más que el placer del sexo… Tu compañía es… algo… que no sentía desde hace tiempo… - Besaba su rostro, su areola, los pezones, su cuello. La abrazaba, acariciando su espalda, sus glúteos, sus muslos… - No solamente es lo hermosa y dulce que sos…
    -No te voy a contradecir…, ni imitar… – Laura retribuía mis besos y caricias. Sentir sus manos sobre mi piel me hacía estremecer. – Hay algo que quiero que sepas, que fue totalmente distinto y único para mí. Creo que te diste cuenta…, y me dejaste hacerlo…
    -¿Qué cosa?
    -Toda la iniciativa la llevé yo. Me dejaste hacer todo lo que quisiera…
    -Todo me gustó…
    -No es eso… No me impusiste nada. Ninguna “orden”, ninguna imposición…, ningún apuro de nada. Todas mis necesidades a mi ritmo. ¡Eso es único!
    -Es cariño, Laura. ¡Lo siento así! ¡Te quisiera así toda la vida!
    -¿Cómo lo sabías? Ni siquiera me dijiste que venga a tu casa. ¡Yo lo induje! ¡Y más de una vez! En algún momento pensé que no ibas a llevarme el apunte.
    -¡Jajaja!
    -¿Me tomabas el pelo?
    -¡Nooo! ¡Para nada! ¡Yo tenía miedo que me rechazaras si te sugería algo!
    -Bueno, contame. 
    -¿Qué cosa?
    -Lo que hicieron después. Me dijiste que tenías más.
    -Si…, y… si…, nos besamos… ¡No nos habíamos tocado siquiera, antes de la penetración!
    -¡Eso sí qué es ir al ...
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