1. Pregunta Comprometida 2


    Fecha: 08/06/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... desatás los cordones de la zapatilla?” Se agachó para hacerlo, muy lentamente. Me saqué la remera. Y como estaba agachada hacia mis zapatillas, puse las manos en su espalda… La acaricié… y le desabroché el corpiño. Dejó que lo pasara por sus hombros y brazos y lo coloqué sobre un tocador que estaba al lado nuestro. Siguió igual. Muy interesada en mis cordones. ¡Al fin libre de las zapatillas! Me saqué los pantalones y quedé en calzoncillo. Susy seguía sin mirarme. “Parate un momentito.” Tomé el elástico de su bombacha. Bastante linda, de la época, para mujeres “maduras”, pero nada de calzón, o cosa por el estilo. No tenía cuerpo de abuela, ni mucho menos, y aunque aparentaba timidez, siempre se vestía muy bien cuando salía, así fuera al almacén. Cuando le saqué la bombacha, Susy no se cubrió nada, ni tetas ni pelvis. ¡Era Noelia con algunos años más! Las mismas tetas, el mismo culo. ¡La nena salía a la mamá!
    -¿Cuántos años tenía la mamá? – Laura seguía curiosa.
    -Creo que serían alrededor de 37 o 38…
    -¡Oh, cómo yo!
    -Si, ¡qué casualidad! El detalle es que yo tenía 22 y ahora tengo 33 más…
    -¡Jajaja! Perdoná la interrupción. Seguí.
    “La hice sentar. “Haré algo que a Noelia le gusta mucho.” Me agaché y me acerqué a sus piernas. ¡Las abrió! ¡No era tan tímida! Besé los muslos y fui acercándome, besos mediante, hasta la entrepierna. No veía su rostro. Solo sentía una agitada respiración. Cuando apoyé mis labios en la concha, Susy tembló. No dijo nada. No estaba húmeda, pero ...
    ... en cuanto lamí sus labios…, comenzó a mojarse. ¡Eso sí le gustaba! La recorrí de arriba hacia abajo, de abajo arriba, de un lado y del otro. No llegué al clítoris. Quería que lo deseara. Su vello era tupido pero suave. Me pareció que estaba algo recortado. Supongo por higiene y como estética, para que no salga por los costados de la bombacha. Cuando la sentí bien húmeda busqué el clítoris. Lo tenía duro y caliente. Bastante prominente, como el de la hija. Lo acaricié con la lengua, lo besé. Susy suspiraba y gemía muy despacito, como si se tapara la boca. Cuando yo levantaba la vista, solo veía las prominentes tetas, con los pezones como dedales. ¡Ahora sí! Le tiré del clítoris con los labios… Susy  gritó. “¡Ahhh!” Y se sacudió, derramando un hirviente orgasmo. No lo pudo reprimir. Su gesto instintivo fue apretarme la cabeza contra ella. Tomé sus tetas, acariciando y sobando los pezones. Me quedé quieto, esperando su reacción. Ninguna. Quedó así, sentada, con las piernas a mis costados… Entonces me paré. Me saqué el calzoncillo. Quería que viera como estaba yo, como tenía la pija. Pero estaba con los ojos cerrados y los labios apretados. Le levanté las piernas y la recosté sobre la cama. Me subí y me incliné sobre ella. Le besé los pezones, las tetas, la areola… Ninguna reacción, solamente un pequeño temblor. Me acomodé para penetrarla. Cuando me tiré para un misionero ¡me abrasó la cintura con sus piernas! No sé si por instinto, placer o experiencia. Tenía apretada la concha, ...
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