Pregunta Comprometida 2 - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida 2

... demasiado, por ser una mujer que estuvo casada más de 17 años. ¿Cuánto haría que no cogía? Su marido había muerto hace nada más que un año. La penetré muy suavemente, despacito, despacito. Sentí como me apretaba la cintura con sus piernas… ¡y me apretaba la pija! Gemía muy quedamente, conteniéndose. La tenía bien clavada. Bombeé despacito y sin esfuerzo. Nada de violencia o fuerza. Al tercero o cuarto bombeo, dentro, afuera, dentro, afuera, Susy comenzó a acompañarme con sus caderas. ¡Seguía mi ritmo! Estaba sobre ella, encogida la cabeza, chupando sus tetas, toda, toda, areola y pezones. Cada vez la sentía más apretada contra mí. Había tenido los brazos abiertos, siempre con los ojos cerrados. En un momento sentí que me abrazaba. Levanté la vista. Su boca entreabierta, respirando y gimiendo. ¡Los ojos en blanco! Fui con mi boca hacia la de ella. La besé y metí la lengua. ¡Respondió al beso! ¡Las lenguas se enfrascaron en una húmeda batalla sexual! Saliva, mordiscos, lengua y más lengua… ¡todo el sexo en nuestras bocas! ¡Y llegó su orgasmo! Casi me quiebra la cintura por su apretón. Me tomó la cabeza y apretó contra su boca. Yo clavaba mis dedos en sus tetas. ¡La sacudida fue genial! Tomando como apoyo mi cintura levantó las caderas. ¡Genial! Sentí inundada mi pelvis. ¿Litros de fluido? Si no fuera que yo también quería acabar hubiera ida a lamerla. Se quedó tranquila, con los ojos cerrados y la boca apretada, como si le diera vergüenza. “Susy, tesoro, voy a acabar… ¿Te ...

... lleno o preferís que lo haga afuera?” “Noooo…, por favor…, afuera.” En el momento que la sentí latir, apenas si tuve tiempo de montarme sobre su vientre y descargué sobre su ombligo. “¡Aaajjjj! ¡Tesoro! ¡Sos genial! ¡Qué lindo que es el sexo con vos!” Como ella no decía nada, lo decía yo. ¡Quería qué lo supiera! Cuando acabé, hasta la última gota se la dejé en el ombliguito… ¡precioso! Susy suspiró… ¡y pasó un par de dedos sobre el vientre! Me incliné sobre ella y la besé. Me apretó contra su rostro… ¡Al fin abrió los ojos y sonrió! “Sí…, Dani… ¡Fue muy lindo!” 
-Bueno… ¡no era de hielo! – Laura me besó, como si quisiera compartir con Susy.
-¡Fue notable! ¡Cambió totalmente! Me besaba, acariciaba, sonreía y su boca estaba en todo mi rostro…
-¿Qué hiciste?
-Nada. Devolvía sus besos y caricias. No quería ir más rápido de lo que ella quisiera… 
-¿Ves? ¡Es como digo! ¡Sos el tipo más cariñoso y gentil que existe! Cualquier otro hubiera querido hacer de todo con esa mujer. “¡Es una sometida! ¡A romperle todos los agujeros!” ¡Solo vos sos capaz de saber cuáles son los tiempos que una mujer quiere!
-Es… que… no quería apurar nada…
-¿Qué hicieron luego?
-Nos quedamos unos minutos retozando. Hasta que ella me dijo, sonriendo… “Dani… tendríamos que vestirnos… ¿te parece? Puede venir Noelia…” Me gustó que lo propusiera. Sabía que estábamos haciendo algo “no santo”. Eso es bueno. Quería decir que estaba dispuesta quebrar las “reglas”. ¡Habría más! 
-¿Y cómo fue?
	“Esa primer cogida ...