Pregunta Comprometida 2 - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida 2

... con Susy salió muchísimo mejor de lo que yo pensaba… No creía que fuera tan benigna conmigo. En realidad, yo la estaba chantajeando con el asunto de sus espiadas y masturbación al toque. Hasta el momento su reacción fue magnífica. Más allá de su “soledad”, o “experiencia”, o lo que sea le pasó, conmigo se sentía muy bien. ¡Yo estaba dispuesto a acompañarla en lo que sea!      
-¡Entonces hubo otro día!
-¡Si! Los martes, a partir de ese momento, era el día del taller de Noelia. El día en que yo llegaba más temprano para “consolarla”, de lo que sea… Te juro Lauri, yo pensé que habría una revolcada, obligada por mí chantaje… ¡y luego me mandaría a la mierda!
-¡Dale, contame!
	“Del asunto ni la menor referencia durante la semana, tampoco sobre la próxima. Nada de nada. La relación con Susy como siempre. Yo tratándola de usted…, como siempre. Y llegó el martes. Llegué más temprano. Susy vino directamente a mi encuentro. “Te esperaba.” Me tomó de las mejillas y me besó los labios. Sorprendido, la abracé y la besé con fuerza. Sin soltarnos fuimos al dormitorio. No tardó nada en sacarme la remera. Yo hice lo mismo con la suya. “Podés sacarme el corpiño, no hace falta que me hagás agachar para desatarte las zapatillas.” Y sonrió ampliamente. Se dio vuelta, para que me fuera más fácil… 
¡Que hermosa que era! Se lo dije. “Vos, vos lo sos, tan dulce…, que suerte tiene mi hija!” Me agaché, todavía en pantalones, para sacarle la pollera y la bombacha. ¡Era nueva, más pequeña y con ...

... encaje! “¡Uy, que linda! ¡Qué bien te queda…” “¡Jajaja! ¡Parezco una nena!” “¡No! ¡Qué nena ni qué nena! ¡Parecés lo que sos, una mujer completa… y hermosísima!” Retiré todo, pollera, bombacha y sandalias. Y apoyé mi cabeza contra su entrepierna… Susy las abrió, separando los pies y doblando las rodillas. ¡Se había recortado los pendejos! ¡Cómo se ve la concha, los labios…, y el clítoris, descapullado y erecto…! ¡Había estado masturbándose para recibirme! ¡Ahora sí que estaba húmeda! Recorrí sus labios con la lengua… “¡Ahahahhh! ¡Ay, dejame acostar! Sí acabo parada se me doblarán las piernas… ¡Jajaja!” Entonces me preparé para terminar de desnudarme. ¡No lo pude hacer! Susy me bajó los pantalones, el calzoncillo, y tomando mis pies sacó las zapatillas…, atadas… “¿Ves? No hace falta que te desate los cordones… ¡Jajaja!” Nos acostamos, ella boca arriba, yo entre las piernas. Me agaché y chupé, chupé, chupééé…, y cuando tiraba del clítoris, tuvo su orgasmo. Ahora no había silencio. Susy gemía, suspiraba, respiraba entrecortadamente… “¡Ay ay ay aaaahhhh!” Me apretó la cabeza con sus piernas. Tenía un maravilloso collar… ¡el collar de carne más hermoso! Tomé las tetas ferozmente. Susy me tomó las manos… ¡para que apretara más todavía! Cuando acabó, chupé y tragué todo lo que pude, y me levanté. Tomé sus piernas y las levanté sobre mis hombros. Susy tenía los ojos cerrados, pero no con los labios apretados, sino con la boca entreabierta, con la lengua sobre el labio inferior. ¡Estaba ...