Pregunta Comprometida 3 - Relatos Eróticos

Pregunta Comprometida 3

... en la cubana, y dirigí la poronga a su boca. “¿Ves? Todavía no está dura…, solo morcillona… En cuanto comencés a lamer vas a ver como se pone.” ¡Ahora Susy sonreía y había abierto su boca para recibirme. “Así, muy bien. Sacá la lengua.” “Soy una sonsa, no sé nada.” “Me encanta que no sepás.” “¡Jajaja!” Estaba contentísima. ¡Se le fue la vergüenza! Y no hicieron falta más “explicaciones”. Me acarició el glande con la lengua y me dio un besito, suave y tímido…, pero era el principio. La fui introduciendo, muy despacito. Sus labios tomaron el glande. Apretó un poquito. “¡Así, así! ¡Muy bien! ¡Me gusta mucho!” Yo la alentaba, para que sintiera que lo estaba haciendo muy bien. Un poquito más adentro y su lengua acariciaba todo lo que estaba dentro de su boca. “Si te dan arcadas cuando llegue a la garganta la retiro. No temás.” “Mmmmm, nooo, mmmmm…” Y agarró el tronco con la mano. Respiró hondo. “No la saqués… mmmmmm… yo la tengo.” ¡Se había fijado bien en lo que hacía Noelia! ¡Y comenzó una verdadera mamada! Con su mano la guiaba. La otra la tenía acariciándose el clítoris. Tenía la pija bien agarrada. ¡Prácticamente la metió toda, más allá de lo que permitía su mano. ¡Parecía que tuviera una “garganta profunda”, aunque en aquella época no existía la expresión. La retiró suavemente y la volvió a meter. Solamente de ver a Susy mamándomela, ya durísima, me excitó una barbaridad, más rápido que nunca. “¡Estoy excitadísimo! ¡Me vas hacer eyacular!” “Mmmm… ¿qué?” “¡Qué voy a acabar!” ...

... “¡Siii!” E hizo el gesto con la cabeza, cerrando y abriendo los ojos. “¿No te molesta que acabe en tu boca?” “Mmmmm… ¡no!” Y movió la cabeza hacia los lados. En todo este proceso Susy me miraba directamente a los ojos, y sus labios tenían un rictus de sonrisa. Yo trataba de no gritar del placer. “¡Me vieeeene!” Me apoyé sobre ella, tomando fuertemente sus tetas, y me sacudí en la tremenda acabada. ¡Creo que le mandé más leche que nunca! “¡Aahhggg! ¡Aahhggg!” Se la saqué, con su mano “aferrada” al tronco. “¡No te vayas a ahogar! ¡No tenés que tragarla toda si no podés!” “¡Siiii! ¡Es lo que quiero! ¡Tragarla toda! ¡Es riquísima! ¡Me gusta mucho!” Eran todas exclamaciones de placer… ¡Susy estaba exultante! Nunca la vi tan contenta. Nunca. “Ahora lamela, para dejarla limpita y brillante.” “¡Sí! ¿Así? ¿Está bien?” En ese momento comprendí que el camino hacia el culo de Susy estaba abierto, y pronto abriría su ojete.
-¡Y te pusiste contento! – Ahora Laura me alentaba.
-¡Cualquier cosa que quisiera hacer era posible! El que estaba exultante era yo. Tenía que prepararla para la próxima.
	Como siempre, íbamos a conversar un ratito. Pero Susy comprendió que como habíamos tenido una “segunda sección”, el tiempo había corrido rápido. “Tesoro… ¡tenemos que vestirnos! ¡Va a llegar la nena!” “Si, enseguida. Decime una cosa, ¿tenés enema?” “¿Qué te pasa? ¿Estás constipado?” “No, no. Bueno…, lo hablaremos el próximo martes, ¿si?” “Como quieras ¿pero no te sentís mal?” “No para nada. Después ...