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EL ASALTO
Fecha: 13/07/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Aquiles, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... mueble mientras mantenía la mano en mi cuello, acariciándome pero sin impedir mis movimientos. Para cuando llegué con mi boca a sus tetas, su respiración era entrecortada y se notaba que estaba ansiosa por que le besara los pezones. Pero entonces decidí aumentar más la tensión desviándome y besando primero la piel entre sus pechos y luego alrededor de éstos, sin tocarle los pezones. Ella no protestó, pero empezó a empujar mi cabeza y a dirigirme hacia los pezones. Yo seguía evitándolos hasta que con la voz ronca del deseo me dijo directamente: -¿¡Quieres dejar de jugar!?- Ante semejante reclamo, no perdí tiempo en apoderarme del pezon mas cercano y comenzar a chuparlo. -!Aahhhh¡- gimió Mimi revolviendo el cuerpo por el placer. Mientras seguía chupándole el pezon, le acariciaba el otro con la mano, para un instante después, cambiar uno por otro. -Es taaan riicooo... siii- Por un rato seguí jugando con sus tetas, pero el aroma que provenía de su vientre me llamaba para otro sitio, así que dejé las tetas literalmente en mis manos y comencé a besarle la piel del estómago bajando hacia el vientre. Ella quiso protestar, halándome hacia arriba, para que siguiera chupándole las tetas, pero yo no le hice caso y seguí bajando. Cuando iba por las caderas y me movía hacia su pubis, pareció entender a dónde iba y me dijo -¿Qué haces? No tienes nada que buscar allá abajo- -O Si. Allá abajo hay un tesoro y voy a encontrarlo- respondió. -No, no- ...
... respondió ella. Allí no hay ningún tesoro y además está sucio y huele mal- -Oh, no. Huele delicioso- protesté mientras le besaba la piel por el borde de sus bellos púbicos. Ella seguía con las piernas muy juntas. -Confía en mi- le dije tratando de separárselas. -No se... nadie me ha besado ahí nunca- -Muy bien. Así seré yo el primero- -Pero…- siguió protestando débilmente. -Vamos, confía en mi- No me respondió, pero los músculos de sus piernas se aflojaron y pude meter mi cabeza entre ellas un poco. Sin embargo, no me lancé directamente a su vulva, sino que empecé a besarle las partes internas de los muslos, hacia las rodillas. -Mmmm- gimió estremeciéndose y halando un poco las piernas, con lo que el espacio entere ellas creció más y pude moverme con más libertad. Seguí besándole de un muslo al otro, mientras subía poco a poco hacia su vulva, pero yo estaba muy poco incómodo, por lo que me bajé del sofá y me arrodillé en el suelo entre sus piernas. Ella puso sus manos en mi cabeza, como para controlar mis movimientos, pero igual yo hacía lo que me parecía más conveniente. Y en este caso, me decidí subir a mi meta final y abriendo un poco más piernas con las manos, metí la cara entre ellas y puse mi lengua plana sobre su vulva roja y húmeda, para luego deslizarla despacio hacia arriba hasta el borde superior. -Aaaaaahhhh- gimió con fuerza. Volví a bajar y a colocar mi lengua un poco más abajo, en el espacio entre el ano y la abertura de la ...