Mi hermano, su esposa y yo II. - Relatos Eróticos

Mi hermano, su esposa y yo II.

Después que terminamos aquel encuentro fugaz con S, en el baño de la recamara de la casa de mi hermano. Temblando aun por la enorme excitación de haber visto entrar desnuda a mi cuñada y haber echo posible la mayor de mis fantasías, me sequé el cuerpo con la toalla que había dispuesto para esa acción, me puse el bóxer y todo lo necesario para salir con disimulo y no provocar en mi hermano y sobrinos ningún tipo de comentario o reclamo por haber tardado en la regadera. Salí de la recamara, encontré a mis sobrinos viendo televisión en la sala y me dirigí al traspatio para colgar la toalla mojada. Mis pasos eran tambaleantes, el nerviosismo de la experiencia en el baño aún estaba presente, me preocupaba encontrarme en el trayecto a mi cuñada o mi hermano; ¿que reacción tendría ella si nos viéramos, que me diría y que contestaría yo? no lo sabia. Cuando llegué al lugar donde debía secarla, vi de reojo a mi hermano y mi cuñada en la esquina de la casa; ella, en una postura que a luces decía estar contándole cosas a mi hermano, pude ver él mostrarse curioso, atento y complaciente de todo lo que salía de los labios de ella. Pude observar que mi hermano le acariciaba el cabello aun mojado de mi cuñada, vi como ella mostraba su brazo tembloroso por la excitación producida por el hecho de haber estado en el baño conmigo. Con recato dejé la escena y me fui a la sala con mis sobrinos, ellos estaban dormidos exhaustos por el ejercicio en la alberca. Después de unos minutos llegaron mi ...

... cuñada y mi hermano y sin ningún comentario o reclamo me dijeron que como estaba que si me sentía cansado y con animo de partir de regreso a casa. Les dije de inmediato que no había problema por ello y que les agradecía por el paseo y por todo lo que me habían ofrecido, a respuesta de ello me dijo mi hermano, ya sabes que es tu casa, cuando gustes venir aquí estaremos. Pronto nos despedimos con un apretón de mano y con un beso en la mejilla con mi cuñada, sonriente me dijo gracias a ti, vete con cuidado.
Así paso un tiempo casi un mes, nadie de los tres habló del tema, hasta que por asares del destino vino la oportunidad de apoyar a un candidato para la gubernatura del estado. Mi hermano como le gusta la política me invitó para que lo acompañara a los eventos de presentación del político. El trabajo que haríamos como grupo, era estar en la avanzada y tener todo lo necesario para el auditorio y oradores. Sabia que el siempre viajaba con su familia por lo que intuí que pasarían a la casa por mi con mis sobrinos y mi cuñada, mi sorpresa cuando tocaron a la puerta fue ver únicamente a mi hermano y su esposa, mi corazón se sobresalto por que todos esos días después de la experiencia en el baño solo deseaba volver a coger a mi cuñada, todo ese tiempo guardaba en mi cabeza la imagen de ella desnuda en el baño, deseaba volver a tocar con mis manos y lengua aquella abertura de su vagina, quería degustar de nuevo su sabor de la lubricación que se da en el momento de su excitación, ese ...