51.2 Uso y abuso en un coche
Fecha: 24/01/2018,
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Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... armario, total tendría que estar allí una semana y dispuse la ropa que me iba a poner, la tanguita no se notaría debajo del pantalón leggings.
Tomé mi ducha y me lavé cuidadosamente aplicándome crema en abundancia, cuando volví a la habitación estaba hablando por teléfono y se me quedó mirando, me puse el minúsculo tanga que dejaba mis nalgas a la vista y solo sujetaba mis testículos y pene y comencé a embutirme en los leggings, eran de talle bajo y me cubría solamente hasta el pubis, si me estiraba podía vérseme el vello. Gonzalo se levantó sin separar el móvil de su oreja y se acercó. Me giró tomándome del brazo y luego acarició mis posaderas en un gesto de posesión que me hizo temblar.
La camiseta me tapaba un poco más abajo de la cintura del pantalón y la chaqueta camisera lo cubría todo, respiré aliviado, me sentía desnudo sin ella y que lo enseñaba todo. Me di una vuelta para que me viera y me envió un beso que puso en la palma de su mano.
-Gonzalo, ¿tú crees que voy bien vestido?, me siento desnudo y como que todos van a mirarme. –sujetó mi mano por encima de mi cabeza y tuve que dar unas vueltas como si bailara para él.
-Yo te veo delicioso, apetecible, envidiable y no quiero que los demás te vean con indiferencia, deseo que me envidien por tener el chico más guapo para mí. –besó mi mano con una reverencia galante.
-No sé Gonzalo es quizá demasiado lanzado para mí, no estoy acostumbrado. –seguía teniendo mis dudas y temblaba al pensar que las ...
... miradas me desnudaran más de lo que ya me sentía.
-Por favor Daniel, yo te veo bien, hazlo por mí. -¿qué iba a decir yo?, si él era gustoso de que luciera mi cuerpo, le complacería y haría lo que me dijera.
Cuando bajamos fuimos a un salón reservado para nosotros, estaba ocupado por los invitados que habían ido llegando, algunos lo harían el sábado a la mañana.
Mi madre hablaba con María, Raúl y el grupo que se había formado de los que había venido de España, en otro grupo estaban los de París entre ellos Nico que me miraba sorprendido. Lorian vino corriendo a abrazarme y saltábamos como niños abrazándonos.
-Estás magnífico, vas aprendiendo a comprar tu ropa. –abrió mi camisa para ver el interior y se abrazó a mi cintura.
-Te hemos traído un regalo, luego te lo entregaremos. –Alan me estaba mirando y tenía a su lado a un chico moreno y alto de unos treinta años que me presentó como Fernand.
Fui saludando al resto de los presentes, Amadeo resultaba delicioso y Carlos no abandonaba su mano.
La cena transcurrió muy lenta y me levantaba sin cesar para ir a besar a unos y otros, no me podía aguantar, necesitaba de ellos y con la disculpa de preguntarles algo los abrazaba, en un impulso irresistible de transmitirles mi felicidad de tenerles conmigo.
Algunos querían salir de fiesta, Gonzalo prefería que nos quedáramos, era lo más prudente ya que mañana deberíamos estar despejados, Lorian y Nicolás subieron con nosotros y al rato llamaban a nuestra puerta. Lorian ...