¡Mi amiga me dió la mejor lección de sexo! - Relatos Eróticos

¡Mi amiga me dió la mejor lección de sexo!

Esta es una más de mis experiencias que quiero compartirles, y que marcó un hito en mi vida sexual. 

 

Conocí a Ale por el trabajo, recién me habían asignado a un call center y ella era la supervisora del segundo turno. Al principio yo le caía muy mal según me confesó en una ocasión, pero con el paso del tiempo nos hicimos muy buenos amigos, ella tenía su novio y yo la mía. Durante varios meses colaboramos juntos hasta que nuevamente me volvieron a cambiar pero dentro de la misma empresa.

 

En este nuevo trabajo yo era el manager de un grupo de soporte, tiempo después mi jefe me avisó que traerian a una persona más para integrarse al grupo, ya que estaban cerrando operaciones en otra cuenta. Llegado el momento entra a la oficina con Ale, nos saludamos y ambos comentamos que ya nos conocíamos. 

 

Nos empezamos a poner al día y le platiqué que había terminado con mi novia, trató de darme ánimos, que yo era un buen tipo y que pronto encontraría a alguien… etc. Ella con su novio seguían sin cambios, yo lo conocía muy bien porque convivimos en un par de reuniones en casa de Ale

 

Poco a poco nos fuimos haciendo más confidentes y un día empezaron los problemas con su novio, me platicaba, le daba uno que otro consejo y así estuvo un par de semanas

 

Ale era una chica de 27 años como de 1.72cm, blanca simpática, fresita y sabía vestir con clase, pero a mi no me atraía para nada, a muchos compañeros de trabajo se les caía la baba porque eso sí, su culo ...

... era enorme! no quiero decir grande, sino verdaderamente ENORME. Mi ex era delgada, estoy seguro que por lo menos si la comparara con Ale, lo tenía 4 veces más grande, había algunos que decían que era un sueño de mujer y otros decían "Eso es para señores grandes que saben lo que quieren..." Yo me identificaba con este último...  

 

Las quejas sobre su novio eran más constantes, en realidad no quería verla así, ya que con mi reciente separación, sabía por lo que estaba pasando. No sé en que momento empezó a cambiar su manera de ser conmigo, su mirada era con más atención cuando le hablaba y constantemente volteaba a ver que hacía o se acercaba a mi escritorio. 

 

Poco a poco el contacto físico aumentó y no me quise ver oportunista, nos quedamos solos en la oficina un lunes y hablamos - Ale, no sé que estás haciendo, pero tienes novio, lo conozco y no quiero tener problemas después - Honestamente ella no me gustaba pero le tenía un gran cariño por nuestra amistad, su respuesta fue - Sí perdón, no sé que me pasa. 

 

Al día siguiente parecía que no habíamos tenido esa plática, ella seguía coqueteando y yo en mi misma postura. El viernes nuevamente nos quedamos solos en la oficina, y tenía que revisar unos equipos en una bodeguita contigua donde los pasillos eran muy estrechos, prácticamente solo cabía una persona, fue a buscarme y me dice: “Hola” – Que onda – respondí. Terminé de revisar y le dije que me diera chance de salir; se recargó en uno de los estantes, ...