1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 28)


    Fecha: 25/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... Princesa sacando una tableta electrónica de una caja de seguridad—. Aquí tienes los últimos informes de Inteligencia Federal. Han descubierto, que el emperador ha estacionado tropas, y una flota apreciable en el sector 2, en el sistema Mordogam.
    
    —Quiere ralentizarnos. Sabe que el asalto a Axos es irremediable e intenta restarnos fuerzas. ¿Cómo van las nuevas unidades?
    
    —Despacio, no estarán operativas antes de dos meses. El problema puede ser el transporte.
    
    —No Súm, eso no me preocupa, —dijo Matilda con vehemencia—. Te repito lo que ya hablamos hace unos meses, no podemos asaltar Axos con menos de cinco millones de soldados, y en principio, asumiendo unas perdidas de al menos el 20%.
    
    —Lo sé, lo sé, y somos conscientes de ello…
    
    —Me sigue pareciendo demencial asumir unas perdidas de más de un millón de soldados, —interrumpió Ushlas—. ¿No hay otra opción?
    
    —Bloquear el planeta y rendirlo por hambre. Pero Axos tiene reservas almacenadas para aguantar cinco años, —explicó la Princesa.
    
    —Y está el problema de los rehenes, —intervino Matilda— todos en Axos no son putos funcionarios imperiales, hay unos doscientos millones de trabajadores entre logística y servicios.
    
    —Lo sé, —dijo Ushlas— pero asaltar un planeta con un 75% de su superficie edificada… ¡joder!, va a ser una carnicería.
    
    —Principalmente en las primeras horas, —Matilda apoyaba el razonamiento de Ushlas afirmando con la cabeza—. Los transportes solo pueden aterrizar en los grandes parques ...
    ... ecuatoriales, y el emperador lo sabe.
    
    —Ahí nos va a pegar con todo lo que tiene.
    
    —Le estoy dando vueltas a un asunto, pero no me preguntéis todavía, tengo que desarrollarlo.
    
    —Pero primero el sector 2. En dos semanas quiero que estés sobre el terreno en el sistema Mordogam.
    
    —Estaremos.
    
    La inauguración fue como había previsto la Princesa, pero Matilda, jamás imagino que seria como fue.
    
    —A la próxima inauguración, recuérdame que me lleve a Eskaldár, —dijo a Ushlas cuando por fin se quedaron solas con la Princesa—. Tengo un dolor de cabeza horrible.
    
    Ushlas y Súm reían mientras, en la tableta, veían las fotos que la primera había sacado.
    
    —Mira está, —y las dos soltaron una sonora carcajada. En la imagen se veía a Matilda con una niña en brazos, mientras llevaba a otro de la mano y un tercero se abrazaba a su pierna.
    
    —¡Ja, ja, ja! Me descojono de la risa, —Matilda las miraba enfurruñada—. Ya os digo a las dos, de que no me vais a pillar en otra. Prefiero luchar yo sola con un batallón de guardias negros.
    
    —Vale, la próxima inauguración será una residencia de ancianos, —dijo la Princesa sujetándose los costados—. Que horror, me duelen los costados de tanto reír.
    
    Finalmente, se despidieron, y Ushlas se llevó a una muy enfurruñada Matilda de regreso al Tharsis. La Princesa se quedó recostada en el sillón, mientras con su mano se acariciaba la entrepierna por encima del pantalón. La sesión de risas la había excitado mucho y siguió un rato acariciándose. Cogió el ...
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