Historias de oficina (10)
Fecha: 25/01/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos
... a mis padres, comencé a juntar las pocas pertenencias que había alcanzado a llevar.
—Mi amor… hablemos ¿Si? —decía desde la puerta su mirada permanecía fija en mi pequeño bolso de mano— no te vayas por favor.
Continúe sin prestar atención a lo que me decía, se me partía el corazón verlo sufrir… pero yo también estaba sufriendo ¿Qué me ocultaba? Me sentía muy lastimada, muy engañada, termine de acomodar mi pequeño bolso volviendo al living mientras él me perseguía pidiéndome que no me vaya, hasta que tomándome del brazo me obligo a dar media vuelta.
—No puedes irte Mariza o… —dijo sosteniéndome del brazo
—¿O que… me vas a pegar?
—¿Que? ¡No! —dijo horrorizado, soltándome rápidamente— mi amor… nunca te lastimaría.
—¿Te acostaste con ella? —Volví a preguntar.
—Sí, fue en nuestro primer vuelvo a Alemania, la conocí en la reunión que nos organizó Aigner —Comenzó a decir sin perder vista mis ojos—paso… algo en esa reunión y otra vez en mi oficina, pero desde que decidimos darnos una oportunidad a esto que nos pasa… a esto que siento cada vez que te veo, necesito que me creas por favor.
—¿Vos necesitas que yo te crea?
—Por supuesto que lo necesito ¿Cuándo lo vas a entender? Yo, te necesito, te necesito a mi lado… por favor —susurro
—¿Dónde fuiste? —aparto la vista de mí y la deposito en algún sitio perdido del living— yo también te necesito, pero yo necesito a alguien que no me mienta, alguien que no me oculte nada y alguien que no me lastime
—No te ...
... vayas por favor —dijo en un tono casi inaudible.
Bajé la mirada alejándome de sus ojos, de sus palabras, me di vuelta perezosamente y le pedí a Mike y su grupo que me escoltasen a el aeropuerto de Berlín, tarde como dos horas en convencerlos que no los necesitaba más para que me dejaran sola de una vez.
—Uds., regresen a la propiedad Vask, iré cuando la Srta. Márquez aborde su avión —dije a sus compañeros— y eso no se discute señorita —dijo mirándome.
Observamos como los demás hombres abordaban el elegante auto blindado de color negro y se alejaban de nosotros perdiéndose de nuestra vista.
—Andando Srta. Márquez —dijo una vez que se marcharon sus compañeros
Entramos a las instalaciones de un aeropuerto abarrotado de gente, sus tiendas se encontraban llenas de gente procedentes de todas las partes del mundo que habían decidido ir a conocer la belleza que les ofrecía Europa. Nos acercamos a uno de los tantos bares que allí había y milagrosamente encontramos una mesa antes que otra pareja decidiera ocuparla.
—Voy por un café quiere algo Srta. Márquez… ¿té quizás?
—No gracias Luke.
—Me gustaría que acepte tomar algo conmigo, me gustaría hablar con Ud. antes que se vaya.
—Está bien Luke, acepto el té —dije resignada
—¿Negro?
—Si con dos cucharaditas de azúcar.
Aproveche los minutos para detenerme a pensar un momento ¿Qué era lo que Víctor me ocultaba? Todo este asunto del viaje era algo muy raro, estar tan defendidos ¿de qué o de quién? Serian ...