1. Mi día perfecto


    Fecha: 28/01/2018, Categorías: Masturbación Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... jugar con sus bolas, desnudo su glande y dejo mi primer aliento en él, para humedecerlo, paso la lengua, lentamente, desde la base hasta la punta, que rico! una y otra vez, beso su cabecita, la empapo con mi saliva y la dejo chorrear, me la meto en la boca, bien profundo, una y otra vez, me muevo con sigila con ella en mi interior, se siente tan rica!
    
    Tengo mis pezones duros y mi concha mojada, pero no es mi turno, solo lo siento venir, se pone más dura aun, me excito, el cierra sus ojos y sus manos aprietan las sábanas, se contrae, al fin siento la explosión, un disparo de semen, y otro, y otro, sigo chupando sin cesar hasta sacarle la última gota, mi primer desayuno! tan rico! ese sabor a hombre, aún estoy tragando cuando su alarma vuelve a sonar… justo a tiempo…
    
    Después de ese perfecto despertar nos miramos, reímos y nos besamos tiernamente, Jeremías me abraza dulcemente, es de esos hombres tiernos, atentos, protectores, que están pendientes de una y la tratan como una reina.
    
    Luego de ese despertar, nos cambiamos y desayunamos juntos, planificamos nuestros días, nos contamos las últimas infidencias, y nos despedimos con un último y romántico beso, el llegará al anochecer…
    
    Empiezo mi rutina, como todos los días… me pongo unas calzas, zapatillas, un top de gimnasia y una remera larga, tengo demasiados complejos con mi físico, por mi estatura, por mi delgadez, por mis tetas desproporcionadas…
    
    Llegó al gym, saludo a las chicas y a Braulio, uno de los ...
    ... instructores, el que personalmente me atiende a mí.
    
    Caliento un poco los músculos y empiezo mis ejercicios bajo la atenta supervisión de mi instructor.
    
    Braulio tiene poco más de veinte, con un excelente cuerpo trabajado en proporciones ideales, como que parece tener todo justo, como dibujado a mano, ese cuerpo por lo que la mayoría de las mortales suspiramos, de rostro digamos muy varonil, de quijada cuadrada y pómulos saltones, un rubión de pequeños ojos claros, siempre regalando sonrisas a quien quiera recibirlas.
    
    A pesar de todo, lo que me gusta de él es su inocencia, su forma de ser aniñada, al límite de parecer tonto, todas las chicas se hubieran acostado con él, pero el siempre parecía estar en la luna… aunque había una excepción… ‘yo’.
    
    Tipo once de la mañana termino mi jornada, transpirada me dispongo volver a casa, Braulio me acompaña, su departamento está de paso a mi casa, nos despedimos, pero ambos sabemos que no hay casualidades…
    
    Llegamos, lo deseo y si él no lo propone yo lo haré, somos discretos, miramos el entorno para evitar miradas sospechosas, nos escabullimos por las escaleras como niños que han robado una fruta…
    
    Al fin solos es su pequeño departamento, estoy sudando todavía y él se excita con eso, con mis olores…
    
    Braulio se desnuda ante mi atenta mirada, a través de la luz que entra por las persianas veo la perfección de su cuerpo, él se depila todo, y cuando digo todo es todo…
    
    Él se desespera por mis pechos, y por todo lo narrado solemos ...
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