Mi mamá me ama - Relatos Eróticos

Mi mamá me ama

Miriam es contorsionista. Así, como estaba, a lo perrito, apoyada sobre las rodillas y los codos, para sostenerme sobre los glúteos sin que la aplaste, cuando salgo de su culo, inmediatamente apoya la cabeza en la cama y estira sus brazos hasta la cola. Los dedos recogen el semen que derrama y lo lleva a la boca. Uno, dos, tres veces… 
-Papi…, poné la mano…, que no se pierda…
Puse las manos en el perineo para que el semen no vaya hacia las piernas. Lo retuve todo lo que pude. Miriam recogió de mis dedos todo lo posible, y los llevó a la boca. Me incliné hacia su rostro, y le puse mis dedos en su boca. Chupó ansiosa.
-¡Papitooo! ¡Qué rico que sos! 
-No hay más semen en ninguna parte…
-¡Cómo que no! ¡Tenés los huevos llenos!
-¡Jajaja! ¡La mayor parte quedó en tu culo! – Nuestra conversación era filosófica. - Sólo te queda chupar la sábana…, por las dudas se haya caído laguna gota…
	Hice el gesto de bajarme de la cama.
-No te vayas, por favor… Quiero otro poquito de vos…
-Bueno. Quedate con la colita para arriba. Quiero chuparte, antes de irme… - La nena se colocó nuevamente como antes, aunque apoyó su cabeza en la cama mirándome…
	En ese momento me di cuenta que pasaba. ¡Miriam no había acabado cuando se la metí por el culo! ¡Yo me vine tan rápido que no le di tiempo!
-Tenés razón. Quiero que acabés bien y te quedes contenta…
-Mi amor…, estoy contenta. La pasé fenómeno y me gustó mucho como me llenaste el culito…
Miriam ya estaba punto, con el culo ...

... parado.
Puse mi rostro “contra” su sexo. Estaba húmeda, incluso con gusto a semen. Pronto, sus fluidos acabarían con todo otro sabor. Recorrí sus labios vaginales con mi lengua. La introduje en la vulva, lamiendo enérgicamente. La nena gemía y suspiraba. Iba a un pronto orgasmo. Cuando lamí el clítoris, Miriam reculó. Mi nariz entraba en el ano, casi sin poder respirar, dado que mi boca la tenía ocupada en su concha. La nena se estremeció… y derramó todo lo que yo buscaba. Mi rostro quedó maravillosamente cubierto de flujo.
-¡Aaaahhh! ¡Papitoooo! ¡Que placer!
-¿Viste qué te faltaba algo?
	Miriam se recostó y con sus manos me atrajo hacia ella. Recorrió toda mi cara con lengua y besos, sorbiendo sus propios jugos…
-Papito… ¡quién es más rica? ¿Cami o yo?
-Acabás de chupar desde mi cara tus propios fluidos… Supongo que también chupaste a Camila. Así que vos sabrás…
-Pero yo quiero que me lo digas vos. ¿Cuál te gusta más?
-Las dos. Es como si le preguntaras a un nene de cinco a quien quiere más: a mamá o a papá… No hay respuesta para eso… ¡Dejame chupar tranquilo! 
	Se había acostado y levantado totalmente las piernas. Se tomaba de los muslos para tenerlas contra sí. Exponía perfectamente culo y vagina. Me agaché. Chupaba un poco la concha y también iba a su culo. Todo exquisito.
-¡Estos degenerados! - Camila estaba en la puerta de la habitación. - ¡Qué es eso de chupar concha y culo…! ¿eh?
-Estoy tomándole el gusto a Miriam para ver cuál de las dos tiene mejor ...