Mi mamá me ama - Relatos Eróticos

Mi mamá me ama

... sabor.
-¡Jajaja!
-¡Proba a las dos… y listo! - Miriam quería comparaciones.
-Está bien. Voy al baño y vuelvo. - Cami salió rápidamente.
-¿La de mejor gusto que premio tiene? - Miriam no daba puntada sin hilo…
-Cuando venga tu hermana les digo el premio…
	No pasaron dos minutos. Yo seguía con la concha y el culo de Miriam. Camila ya estaba de vuelta en mínima tanguita y corpiño. ¡Hermosísima, como siempre!
-¿Me tiro en la cama? – La hermanita mayor no quería ser menos.
-No. Pónganse en cuatro. – Las acomodé cadera pegada a cadera, formando un ángulo agudo. Yo solo tenía que girar la cabeza de esa manera. Chupaba hacia un lado y hacia el otro.
-¡Uy! ¡Qué rico! ¡Cuánto hacía! – Camila hablaba como si no fueran cuatro días la última vez que se la había chupado. – Si, lo sé. El viernes me la chupaste… ¡pero a mí me parece que hace seis meses!
-¡Jajaja! ¡Qué calentona! – Miriam entraba en la conversación.
-¿Vos qué hablas? ¡Durante las vacaciones de Dany me pedías todos los días que te la chupara un poquito porque lo extrañabas! 
-Bueno chicas, no es para pelear. ¡Ahora tienen las chupadas las dos!
-Pero tenés que decirnos cuál es más rica para vos… ¡y decirnos cuál es el premio para la ganadora!
-¡Me parece que no hay premio!
-¿Por qué? – Miriam prostestaba.
-¿No te gustamos? – Camila estaba angustiada.
-¡Me gustan las dos! ¡Son riquísimas! ¡No puedo elegir!
-¡Danos el premio a las dos! – Miri siempre más práctica.
-¡Esta bien…! ¡Pero la próxima semana! Ahora ...

... no puedo. Tengo que ir a trabajar…
-¿Cuál es el premio?
-Se los digo la próxima… - No había dejado de chupar a las nenas ningún momento. 
-¿Nos dejás con las ganas?
-De ninguna manera. ¡Hasta que no acaben no me voy!
	Las nenas giraban la cabeza constantemente. En este momento ambas me miraron con la mejor sonrisa en sus rostros.
-¡Si papito…! 
-¡Cómo quieras!
	En ese momento estaba “tironeando” con los labios del clítoris de Cami…
-¡SÍÍÍÍ! ¡Ya voyyyyy! – Tremendo orgasmo inundó mi cara…
	Fui inmediatamente a Miriam. Otro “tironeo”… y no hizo falta más…
-¡Aaaaaahhhhh! – Otro regalo para mi boca.
	Sorbí y lamí a ambas hasta el fondo. No les dejé ni una gota. Se tiraron sobre la cama… ¡Quedaron felices!
-¿Están bien ahora? – Sabía que sus respuestas serían positivas.
-¡Maravillosamente bien!
-¡Genial, papito! – Miriam insistía en llamarme “papito”.
-¡Y no devuelvan el corpiño ni la tanga! ¡La ropa interior usada no se devuelve! Y vos no le hagás caso a la pícara de tu hermana que te pide de le traigas ropa…
-¡No me la pidió! La quise traer para que estuviera más linda cuando esté con vos…
-No le hace falta…, ni a vos tampoco…
-Pero… la tengo que llevar… ¡Yoli no sabe!
-Averiguá el precio y yo la pago…, y otro conjunto para vos…
-No…, Dani… ¡No tenés que hacer eso!
-Lo hago porque se me da la gana. No estoy retribuyendo nada… ¡y no quiero que se enoje Yolanda!
-Pero… ¿vas a ir a pagarle? – Camila se había angustiado nuevamente. Me agaché a darle un beso en ...